¿Cómo se explica que el gas pueda flotar sobre el Sol? Los retorcidos campos magnéticos se arquean sobre la superficie solar y pueden capturar el gas ionizado al suspenderlo en enormes estructuras que se cierran sobre sí mismas:
Una protuberancia se eleva sobre la superficie solar para luego caer sobre ella. El video resume unas dos horas de observación telescópica.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 31 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: SOHO-EIT Consortium, ESA, NASA (en inglés).
La Nebulosa Trífida es un colorido estudio de contrastes cósmicos. Conocida también como M20, se encuentra aproximadamente a 5 mil años-luz de la Tierra, en dirección de la Constelación de Sagitario, una zona del cielo muy rica en nebulosas:
(clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla aún más grande). La Trífida es una región de formación estelar situada en el plano de nuestra galaxia que ilustra por sí misma tres tipos diferentes de nebulosas astronómicas: las nebulosas de emisión rojas, dominadas por la luz de los átomos de hidrógeno, las nebulosas de reflexión azules, producidas por la reflexión de la luz estelar reflejada en el polvo, y las nebulosas oscuras, donde las densas nubes de polvo aparecen en silueta. La brillante nebulosa de emisión roja está dividida en tres partes por bandas de polvo, un fenómeno que le da su nombre familiar a la Trífida. En esta interesante imagen de gran campo de la Trífida, la emisión roja se juxtapone con las nubes azules de las nebulosas de reflexión. En primeros planos tomados por el Telescopio Espacial Hubble de esta región aparecen, hacia la izquierda del centro de la imagen, pilares y chorros formados por las estrellas recién nacidas:
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 30 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Ed Henry (en inglés).
Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.
Año: 1607. Científico: Edward Topsell. Publicado por primera vez en: Historie of Foure-Footed Beastes. Publicación actual: The Book of Fabulous Beasts, de Joseph Nigg.
Topsell, que publicó la mayor parte de la obra de Gesner, añadió otras criaturas a los grabados y descriciones de este último autor. Esta "gorgona" (verla más grande), que apareció en la portada de la edición de 1607 del libro de Topsell, en realidad se asemeja mucho más a otra criatura mítica: el catoblepas. Se creía que este animal, como el basilisco, tenía una mirada letal.
El 4 de mayo de 2009 la Unión Astronómica Internacional aprobó dar el nombre del recordado Isaac Asimov (1920-1992) a un cráter de Marte. El cráter Asimov tiene un diámetro de poco más de 80 km y está localizado en Noachis Terra a 47.0°S, 355.1°W.
Respecto de las características geológicas, este cráter está casi totalmente cubierto de capas de lo que se supone que son rocas, arena y polvo. Se han desarrollado fosas profundas en los puntos de contacto entre las paredes antiguas del cráter y el material que cubrió Asimov. Sin embargo, se desconoce cómo pudo haber sucedido este fenómeno, que no es único de esta estructura sino bastante común en el planeta rojo. En The Martian Craters Asimov and Danielson hay más información sobre este cráter, además de fotografías a mayor resolución de sus paredes.
La imagen del cráter Asimov se tomó con la cámara MOC a bordo del Mars Global Surveyor hace diez años, en mayor de 1999. Crédito de la imagen (M01-01232): NASA / JPL / MSSS.
Los telescopios más importantes de la historia (4)
En oportunidad de celebrarse este año el Año Internacional de la Astronomía, la revista New Scientist publicó un visita virtual —o de escritorio— que recorre los 400 años de historia del instrumento que revolucionó la práctica astronómica y, a resultas de ella, modificó la cosmovisión del hombre occidental.
Durante los próximos días voy a ir publicando cada una de las paradas de este tour.
El refractor Yerkes (1895)
El astrónomo norteamericano George Ellery Hale impulsó la construcción de un telescopio refractor equipado con una lente primaria de 1 m de diámetro en el Observatorio Yerkes, situado en Williams Bay, Wisconsin. En su momento, fue el telescopio más grande del mundo.
La lente primaria fue pulida por Alvan Clark e Hijos y completada en 1895; todavía continúa ostentando el récord de ser la más grande del mundo (clic en la imagen para ampliarla). La razón es que los constructores de aparatos refractores habían llegado a su límite con el Telescopio Yerkes, por cuanto las lentes de mayor tamaño cederían ante su propio peso, entre otros problemas. De modo que los constructores de telescopios volvieron a interesarse en los aparatos reflectores.
Fuente: The most important telescopes in history. Crédito de la imagen: Alain Riazuelo, extraída de Eyes on the Skies: 400 Years of Telescopic Discovery, de Govert Schilling y Lars Lindberg Christensen (Wiley-VCH, 2009) (en inglés).
Esta maravilla celeste, ubicada cerca de la Osa Mayor (Ursa Mayor) y rodeada por las estrellas de los Perros de Caza (Canes Venatici), fue descubierta en 1781 por el astrónomo francés Pierre Mechain, cuyos trabajos sobre la medida del meridiano sirvieron para el establecimiento del sistema métrico:
(clic en la imagen para ampliarla a 800 x 600 píxeles o verla aún más grande). Posteriormente se añadió al catálogo de su amigo y colega Charles Messier bajo la entrada M106. Imágenes telescópicas más recientes revelaron que se trataba de una verdadera isla-universo, una galaxia espiral de unos 30 mil años-luz de diámetro situada a sólo 21 millones de años-luz de las estrellas de la Vía Láctea. Además de destacar el brillante núcleo central, esta colorida imagen compuesta resalta los jóvenes cúmulos estelares de estrellas azules y regiones de formación estelar rojizas que dibujan los brazos espirales de la galaxia. También muestra notables chorros rojizos de hidrógeno luminoso. Otros puntos de interés son NGC 4248, la pequeña galaxia acompañante que se divisa cerca del margen derecho de la imagen, y en el segundo plano las galaxias dispersas por todo el campo. M106, también conocida como NGC 4258, es un ejemplo cercano de las galaxias activas de la clase Seyfert, galaxias que emiten a lo largo del espectro electromagnético, de las ondas de radio a los rayos X. Se piensa que las galaxias activas extraen su energía de la materia que cae al interior de un masivo agujero negro central.
Los matices amarillos y rojos de esta imagen compuesta ponen de relieve los brazos espirales de M106 tal como irradian en visible y en infrarrojo. Pero las emisiones en radio y rayos X —en azul y púrpura— revelan por su parte otros dos brazos espirales, los cuales están desprovistos de los componentes habituales que son las estrellas, el gas y el polvo. De hecho, el análisis de las emisiones de radio y rayos X indica que estos brazos anómalos se componen de materia calentada por ondas de choque. Detectados en longitudes de ondas de radio, hay potentes chorros que tienen su origen en el núcleo galáctico y son la causa probable de la propagación de estas ondas de choque a través del disco de NGC 4258 (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 29 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Ken Crawford (Rancho Del Sol Observatory) (en inglés).
Para sorpresa de muchos y aunque cueste creerlo, este rayo salió de la Torre Eiffel el 25 de mayo de 2009:
(clic en la imagen para ampliarla). Según Richard Blakeslee, un investigador especializado en rayos del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, el segmento del rayo ascendente muestra que en realidad fue la Torre Eiffel la que inició la descarga. En otras palabras, en vez de que el rayo se inicie en la nube y se dirija al suelo, el relámpago comenzó cuando la torre "lanzó" una guía que se propagó hacia arriba en dirección a la nube —que todavía sirve como la fuente del campo eléctrico necesario para que se lleve a cabo el proceso—. A medida que la guía asciende se divide. Finalmente uno de las divisiones alcanza un área con carga suficiente para crear "un cortocircuito" en la nube y provoca el rayo que se ve en la fotografía.
Martin Uman sostiene en The Lightning Discharge, un clásico sobre este tema, que las descargas inicialmente ascendentes son relativamente raras, con una frecuencia menor al 1 por ciento y, por lo general, suceden en la cima de las montañas o en la parte superior de las construcciones elevadas. K. Berger, que hace más de 30 años estudió los rayos desde la cima de una montaña, fue uno de los primeros en describir este fenómeno.
Fuente: Space Weather. Crédito de la imagen: Hakim Atek. Referencia: Blizstrom-parameter van aufwarsblizen, Bull. Schweiz. Elektrotech., 69, 353-360, 1978.
El transbordador espacial Discovery partió el 24 de abril de 1990 hacia el espacio llevando a bordo un objeto revolucionario: el Telescopio Espacial Hubble. A la fecha era el telescopio óptico más grande y más sensible lanzado al espacio y, aunque en un principio no funcionó correctamente, no tardó en tomar algunas de las imágenes astronómicas más asombrosas y hermosas de todos los tiempos.
Cuando se diseñó al Hubble se tuvo en cuenta que éste pudiera ser actualizado periódicamente y al tiempo que se publican estas líneas los astronautas del transbordador espacial Atlantis (STS-125) están por instalar dos cámaras nuevas, además de reparar otras dos y reemplazar toda una serie de piezas del Hubble. Como la presente misión de mantenimiento del telescopio es la última prevista, éste parece ser un buen momento para escribir sobre el Hubble.
Además aunque posiblemente sea el telescopio más famoso del mundo —y casi podría asegurarse que es el único que la gente conoce por su nombre— aún así es muy probable que haya varias cosas acerca del Hubble que sorprenderán a más de un lector. Estas razones impulsaron a Phil Plait a publicar diez breves entradas sobre este venerable telescopio, como en su momento lo hizo con la Galaxia de la Vía Láctea y Plutón. Por supuesto, nadie subestima a los seguidores del blog y los hay muy versados en todo lo que tenga que ver con la astronomía. Sin embargo, hay muy buenas razones para creer que ninguno conocerá todas y cada una de las cosas tratadas en las diez secciones de esta serie —a menos, claro está, que haya operado el telescopio—, más aún cuando Phil Plait contará su propia experiencia con el observatorio. La serie promete ser muy interesante. Como ocurrió con las series anteriores, iré traduciendo y publicando las secciones durante los próximos días.
El Hubble observó a todos los planetas del Sistema Solar, excepto Mercurio.
El Hubble observó el Sol pero lo hizo, literalmente, hacia atrás. Este procedimiento se utilizó para proteger el espejo del telescopio, por cuanto si no se filtran los rayos UV del Sol, éstos pueden dañar fotoquímicamente las partes sensibles que se encuentran en el interior del telescopio y, por supuesto, pueden elevar su temperatura hasta niveles peligrosos. También, como quedó establecido en una entrada anterior, la luz directa del Sol podría dañar algunas de las cámaras.
Por todo lo dicho no se permite apuntar el Hubble a ningún punto cercano al Sol, a fin de evitar que se filtre ningún rayo directo al interior del telescopio. Esta "zona de exclusión solar" comprende un círculo de 50 grados de radio alrededor de nuestra estrella y, como ya se dijo, está prohibido adentrarse en esta zona con el Hubble.
Solo una vez se violó esta directiva y fue para observar el planeta Venus, que alcanza aproximadamente 45 grados de separación angular del Sol en su máximo alejamiento. Dichas observaciones se realizaron con la cámara planetaria y de gran angular 2 (WFPC2) (mostrada en la imagen; fue tomada en el UV cercano a fin de ver la estructura de las nubes venusinas) y el espectrógrafo GHRS. Los astrónomos buscaban dióxido de azufre en la atmósfera de Venus, una sustancia química que había sido detectada en una investigación anterior y podría haber sido emitida por el vulcanismo presente en el planeta. Hubo que enviar toda clase de anulaciones al telescopio para permitir esas observaciones y fue una tarea tan complicada que no se ha vuelto a realizar ni probablemente se repita.
Sin embargo, Mercurio nunca se aleja tanto del Sol como Venus, ya que a lo sumo se encuentra a sólo 28 grados del Sol, demasiado cerca para que el Hubble intente observarlo. No hay ningún problema, por cuanto esa es la tarea de la MESSENGER. Dicha nave ya sobrevoló dos veces a Mercurio y lo hará una tercera vez antes de entrar en órbita alrededor del planeta más cercano al Sol en 2011. A partir de ese momento comenzará a cartografiar el planeta con un grado de detalle mucho mayor al que podría realizar el Hubble.
En una imagen de gran serenidad, el espejo de agua refleja el cielo oriental poco antes de la salida del Sol (clic en la imagen para ampliarla):
Esta fotografía se tomó el 22 de mayo de 2009 desde la ribera del Río Mullica, en una región forestal conocida como Pine Barrens, situada al sur de New Jersey, en la costa este de EE.UU. Cerca del horizonte y a la izquierda, la Luna menguante se muestra bajo la forma de un arco delgado iluminado por el Sol. Marte se encuentra hacia el centro de la imagen y más a la derecha se destaca Venus, de brillante luz. Además estos tres brillantes faros celestiales se reflejan en la superficie del agua, tal como lo hacen las luces artificiales que recorren la ribera del río. Y si pueden verse detalles de la superficie lunar que normalmente están sumidos en la oscuridad es gracias a la luz cenicienta de la Tierra, que es el reflejo en la Luna de la luz solar devuelta por la parte iluminada (*) del propio planeta Tierra.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 28 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Jerry Lodriguss (Catching the Light) (en inglés).
Nota: Platón tendría mucho que decir sobre esta fotografía, ya que en la imagen hay una única fuente natural de luz reflejada incontables veces de múltiples maneras, una fuente que, además, no está visible y que, por lo tanto, sólo puede ser inferida a partir de las sombras o intuída por la luz natural de la razón. Las luces artificiales y sus reflejos son, a su vez, una pálida analogía de la platónicamente verdadera luz solar y sus efectos en los cuerpos transitorios. Es una versión de la alegoría de la caverna pero escenificada a cielo abierto.
(*) La Tierra tal como se vería desde la Luna cuando Lodriguss sacó la fotografía mostrada más arriba:
¿Por qué en Mercurio muchos cráteres de gran tamaño parecen tener el interior relativamente plano?
(clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla mucho más grande). Algunas imágenes recientes enviadas por la sonda robótica MESSENGER, que sobrevoló Mercurio el pasado octubre, revelan regiones hasta ahora no cartografiadas de Mercurio que poseen cráteres de grandes dimensiones cuyo interior es tan plano como los mares del satélite de la Tierra, la Luna. En consecuencia, se piensa que estos cráteres mercurianos, como los mares de nuestra luna, fueron anegados por corrientes de lava de gran antigüedad pero aún así no tan antiguas como la superficie circundante, más elevada y con mayor concentración de cráteres. La imagen mostrada arriba es un mosaico del limbo occidental de Mercurio creado por la MESSENGER cuando se aproximaba al planeta más interior del Sistema Solar el pasado octubre. A lo largo de la parte inferior de la imagen se distingue un terreno antiguo y muy accidentado, mientras que la zona media de la imagen la ocupan cuencas de impacto comparativamente más planas, aunque algunos de sus pequeños cráteres pueden parecer elevadas colinas a primera vista. El próximo pasaje de la MESSENGER por Mercurio se llevará a cabo el año próximo y, finalmente, entrará en órbita en 2011.
La cámara de campo estrecho de la MESSENGER tomó 288 imágenes de Mercurio durante su primer sobrevuelo del planeta, realizado el 14 de enero de 2008. Cuando comienza el video la nave se encuentra a unos 34 mil km de la superficie de Mercurio y cuando finaliza a unos 440 mil km de distancia.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 27 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: MESSENGER, NASA, JHU APL, CIW (en inglés).
Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.
Año: 1709. Científicos / Artistas: Athanasius Kircher y Filippo Buonanni. Publicado por primera vez en: Musæum Kircherianum. Publicación actual: The Ecstatic Journey, de Ingrid D. Rowland.
Este armadillo se reconoce bastante bien, a pesar de que la cabeza es un poco pequeña. Lo que llama la atención de la ilustración es la explicación de la extraña apariencia del animal. El jesuita y erudito Athanasius Kircher había dedicado mucho tiempo y energía a la discusión de la logística del Arca de Noé, pero para cuando Kircher había terminado sus escritos, el descubrimiento del Nuevo Mundo le presentó una serio problema. Tantas criaturas desconocidas hasta ese momento amenazaban con hacer zozobrar el arca. Kircher propuso varias soluciones alternativas: la generación espontánea para criaturas inferiores como los insectos, la adaptación para criaturas que terminaban en ambientes extraños y, también, los híbridos. Kircher supuso que el armadillo era una cruza entre tortuga y puerco espín.
Los telescopios más importantes de la historia (3)
En oportunidad de celebrarse este año el Año Internacional de la Astronomía, la revista New Scientist publicó un visita virtual —o de escritorio— que recorre los 400 años de historia del instrumento que revolucionó la práctica astronómica y, a resultas de ella, modificó la cosmovisión del hombre occidental.
Durante los próximos días voy a ir publicando cada una de las paradas de este tour.
Los telescopios de Herschel
A finales del siglo XVIII, el músico alemán William Herschel y su hermana Carolina comenzaron a construir telescopios refractores de gran tamaño. El telescopio más grande de Herschel (en la imagen, clic para ampliarla), equipado con un espejo de 1,2 m de diámetro, era un instrumento pesado y difícil de manejar, ya que requería de cuatro operarios para mover sus ruedas, cuerdas y poleas. Fue el telescopio más grande del mundo hasta mediados del siglo XIX.
Herschel exploró sistemáticamente el cielo y catalogó cientos de nebulosas y estrellas binarias. En 1781 descubrió con un telescopio más pequeño que un objeto al que se consideraba una estrella era en realidad el planeta Urano. En la década de 1830, John, el hijo de William Herschel, pasó algunos años en Sudáfrica donde instaló un telescopio de similares características aunque de menores dimensiones, con el que estudió la bóveda celeste del hemisferio sur.
Fuente: The most important telescopes in history. Crédito de la imagen: Sheila Terry/Science Photo Library, extraída de Eyes on the Skies: 400 Years of Telescopic Discovery, de Govert Schilling y Lars Lindberg Christensen (Wiley-VCH, 2009) (en inglés).
Sigan el mango de la cacerola que forman las siete estrellas principales de la Osa Mayor hacia el exterior y hasta la última estrella brillante. Luego muevan ligeramente el telescopio hacia el sudoeste de esa posición:
(clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla aún más grande). Entonces deberían encontrar un espléndido par de galaxias en interacción, la entrada 51ra. del famoso catálogo de Charles Messier. También conocida como NGC 5194, la gran galaxia con estructura espiral tan bien definida fue, quizá, la primera nebulosa espiral conocida de su tipo. Sus brazos espirales y bandas de polvo se extienden claramente por delante de NGC 5195, la galaxia que se halla a su derecha. Las dos galaxias se encuentran a unos 31 millones de años-luz de distancia y oficialmente dentro de los límites esquinados de la pequeña Constelación de los Perros de Caza (Canes Venatici en latín).
Esta imagen de M51 fue tomada en enero de 2005 con la cámara avanzada para sondeos (ACS), a bordo del Telescopio Espacial Hubble (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Si bien M51 sólo aparece como una pequeña mancha tenue y borrosa en los telescopios pequeños, esta imagen de campo profundo obtenida el mes pasado mediante una larga exposición revela algunos detalles de las complejas estructuras que rodean a la más pequeña de las galaxias.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 26 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Jon Christensen (en inglés).
Una simulación que intenta explicar la evolución galáctica de M51. Un gran agujero negro en el centro de NGC 5194 sostiene la dinámica de la espiral mientras otro agujero negro, de menores dimensiones, se mueve en sus inmediaciones y termina siendo capturado en una órbita circular. Durante este proceso las estrellas vecinas forman la galaxia satélite NGC 5195.
El transbordador espacial Discovery partió el 24 de abril de 1990 hacia el espacio llevando a bordo un objeto revolucionario: el Telescopio Espacial Hubble. A la fecha era el telescopio óptico más grande y más sensible lanzado al espacio y, aunque en un principio no funcionó correctamente, no tardó en tomar algunas de las imágenes astronómicas más asombrosas y hermosas de todos los tiempos.
Cuando se diseñó al Hubble se tuvo en cuenta que éste pudiera ser actualizado periódicamente y al tiempo que se publican estas líneas los astronautas del transbordador espacial Atlantis (STS-125) están por instalar dos cámaras nuevas, además de reparar otras dos y reemplazar toda una serie de piezas del Hubble. Como la presente misión de mantenimiento del telescopio es la última prevista, éste parece ser un buen momento para escribir sobre el Hubble.
Además aunque posiblemente sea el telescopio más famoso del mundo —y casi podría asegurarse que es el único que la gente conoce por su nombre— aún así es muy probable que haya varias cosas acerca del Hubble que sorprenderán a más de un lector. Estas razones impulsaron a Phil Plait a publicar diez breves entradas sobre este venerable telescopio, como en su momento lo hizo con la Galaxia de la Vía Láctea y Plutón. Por supuesto, nadie subestima a los seguidores del blog y los hay muy versados en todo lo que tenga que ver con la astronomía. Sin embargo, hay muy buenas razones para creer que ninguno conocerá todas y cada una de las cosas tratadas en las diez secciones de esta serie —a menos, claro está, que haya operado el telescopio—, más aún cuando Phil Plait contará su propia experiencia con el observatorio. La serie promete ser muy interesante. Como ocurrió con las series anteriores, iré traduciendo y publicando las secciones durante los próximos días.
El Hubble no puede ver los módulos de descenso de las Apollo abandonados en la Luna
Hay una pregunta que la gente suele hacer muy seguido, al menos una vez por mes: ¿por qué no apuntan con el Hubble a la Luna y toman fotografías de las áreas de alunizaje de las Apollo, así le cierran la boca a los que creen que las misiones tripuladas a la Luna fueron falsas?
Podría decirse que no se hace eso es porque la gente de la NASA y los astrónomos tienen cosas mejores que hacer que tratar de probar algo muy obvio a unos individuos que de todas maneras van a decir que las fotografías presentadas como pruebas son falsas.
Pero también hay otra razón de peso: porque el Hubble no puede ver los objetos abandonados por el hombre en la Luna. Son demasiado pequeños.
Mucha gente se sorprende al enterarse de esto último, ya que están acostumbrados a ver imágenes muy detalladas de nebulosas y galaxias. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que mientras esos objetos pueden estar muy lejos, también son enormes: pueden medir tanto como algunos años-luz de ancho o, incluso, miles de años-luz. Por el contrario, los restos de los naves que descendieron en la Luna apenas miden 4 m.
¿Pero acaso no está la Luna mucho más cerca? Sí, claro que está cerca, pero no lo suficiente.
Para calcular el tamaño de un objeto que un telescopio puede resolver —esto es, ver algo más que un píxel— es suficiente con un poco de álgebra elemental. Depende, en lo fundamental, del tamaño del espejo que utiliza el telescopio. Al Hubble le corresponde un medida angular de alrededor 0.1 arcosegundos, un medida muy pequeña. La Luna mide 1800 arcosegundos, por lo tanto 0.1 arcosegundos es igual a unos 200 m en la Luna. En otras palabras, para que el Hubble pueda ver un objeto en la Luna, éste tiene que ser un poco más grande que un estadio de fútbol.
El módulo de descenso lunar tiene un tamaño aproximado de 0.002 arcosegundos, muy por debajo de la capacidad de cualquier telescopio normal. Puede sorprender, pero es así. Entonces, la mejor forma —y única— de ver los objetos dejados por las misiones Apollo es volver a la Luna. Por supuesto, los conspiranoicos seguirán negando todo. Su negativa a admitir la realidad tiene proporciones cósmicas.
¿Por qué colocar observatorios en el espacio? La mayoría de los telescopios están en tierra, donde es posible instalar un telescopio más pesado y mantenerlo en funcionamiento con mayor facilidad. El problema de los telescopios emplazados en la superficie de la Tierra es que observan el cielo a través de la atmósfera. En primer lugar, la atmósfera de nuestro planeta bloquea una buena parte de las radiaciones que forman el espectro electromagnético y permiten que sólo una estrecha banda de luz visible alcance la superficie. Por eso los telescopios que exploran el universo en longitudes de onda situadas más allá del espectro visible, como los que equipan al Observatorio Chandra, de rayos X, y al Fermi, de rayos gamma, deben ser llevados más allá de la atmósfera para funcionar correctamente. En segundo término, la atmósfera terrestre perturba la propagación en línea recta de las ondas luminosas. Dichas perturbaciones se deben a las variaciones de densidad de la atmósfera así como al movimiento continuo de las masas de aire.
La perturbación atmosférica oculta por completo la naturaleza binaria de una estrella, pero luego de aplicar técnicas de óptica adaptativa se observa con claridad a una estrella binaria.
En la fotografía (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla aún más grande), tomada la semana pasada desde el transbordador espacial Atlantis, se observa al Telescopio Espacial Hubble luego de haber sido atrapado por esta nave, reparado y vuelto a soltar. Al estar situado en una órbita por sobre la atmósfera terrestre, el Hubble puede obtener imágenes de una claridad incomparable. Si bien este telescopio está equipado con un espejo 15 veces más pequeño que el de los grandes telescopios terrestres, aún así el Hubble revela una mayor finura de detalles. El sucesor del Hubble, el Telescopio Espacial James Webb, contará con un espejo más grande y su puesta en órbita está prevista para 2014.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 25 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: tripulación de la misión STS-125, NASA (en inglés).
Los telescopios más importantes de la historia (2)
En oportunidad de celebrarse este año el Año Internacional de la Astronomía, la revista New Scientist publicó un visita virtual —o de escritorio— que recorre los 400 años de historia del instrumento que revolucionó la práctica astronómica y, a resultas de ella, modificó la cosmovisión del hombre occidental.
Durante los próximos días voy a ir publicando cada una de las paradas de este tour.
El telescopio reflector de Newton (1668)
En vez de usar lentes de cristal para desviar o refractar la luz, Isaac Newton usó un espejo curvado para reflejar la luz sobre un punto focal. Este diseño, que utiliza espejos como receptáculos para recolectar la luz, puede agrandar los objetos mucho más que una lente. También reduce a un mínimo el problema de la aberración cromática, un defecto de color debido a que la lente desvía de forma desigual las diferentes longitudes de onda de la luz.
Sin embargo, a causa de los problemas derivados por el pulido impreciso del espejo de metal, el primer reflector de Newton —en la imagen mostrada arriba (clic para ampliarla) se ve una réplica— distorsionaba las imágenes en mayor medida que otros modelos de telescopios utilizados en esa época. En consecuencia, debió pasar más de un siglo para que los astrónomos adoptaran mayoritariamente al telescopio refractor.
Fuente: The most important telescopes in history. Crédito de la imagen: Andrew Dunn, extraída de Eyes on the Skies: 400 Years of Telescopic Discovery, de Govert Schilling y Lars Lindberg Christensen (Wiley-VCH, 2009) (en inglés).
La panorámica más detallada de la Nebulosa de Carina
En una de las regiones más brillantes de la Vía Láctea se encuentra una nebulosa en la que suceden fenómenos muy extraños. NGC 3372, conocida como la Gran Nebulosa de Carina, es la sede de estrellas masivas y de una nebulosa en perpetuo cambio:
(clic en la imagen para ampliarla a 800 x 600 píxeles o verla mucho más grande). Eta Carinae, la estrella más energética de la nebulosa, fue una de las estrellas más brillantes del cielo terrestre durante la década de 1830, pero luego su brilló se atenuó de forma espectacular. La Nebulosa del Ojo de la Cerradura o Keyhole Nebula, visible a la izquierda del centro de la imagen, alberga varias de las estrellas más masivas conocidas y también ha cambiado de aspecto. La Nebulosa de Carina mide, en total, más de 300 años-luz y se encuentra aproximadamente a 7500 años-luz de distancia, en la constelación del mismo nombre. Arriba vemos la imagen más detallada que se haya podido tomado de dicha nebulosa. La imagen, en colores controlados, es una composición de 48 fotografías de alta resolución tomadas por el Telescopio EspacialHubble hace dos años. Una imagen completa —y ampliable— de la Nebulosa de Carina, que incluye identificación de los objetos astronómicos más notables:
(clic en la imagen para ampliarla). Hubblesite ofrece también esta otra página para recorrer escalarmente la nebulosa.
En la región finlandesa de Kittila, ubicada a 68 grados norte, la temporada de auroras se ha terminado. A partir de ahora el Sol brillará las 24 horas del día, como lo hace en esta imagen tomada ayer a la medianoche:
(clic en la imagen para ampliarla). Dentro de 10 días, o sea alrededor del 2 de junio, una corriente de viento solar debería golpear a la Tierra. El impacto podría provocar una tormenta geomagnética y auroras en todo el Círculo Artico. Si lo hace, nadie podrá verlas. No obstante, con un Sol de medianoche como el de la imagen es probable que a nadie le importe.
Fuente: Space Weather. Crédito de la imagen: Sauli Koski.
Con unos anteojos rojos-azules observen esta notable vista en estéreo de la superficie lunar:
(clic en la imagen para ampliarla a 800 x 600 píxeles o verla aún más grande). Esta imagen 3D representa al astronauta Pete Conrad de la misión Apolo 12 mientras se acercaba a la sonda automática Surveyor el 3 en noviembre de 1969. La imagen se creó apareando cuidadosamente dos imágenes distintas (AS12-48-7133, AS12-48-7134) tomadas en la superficie de la Luna desde dos puntos de vista apenas diferentes (*), lo que permite reproducir la visión estereoscópica debida a la distancia que separa los ojos humanos. Al colorear una imagen de rojo y la otra de verde-azul y combinarlas con la separación correcta, se reproduce el efecto estéreo ni bien se observa la imagen con anteojos rojos-azules, con el filtro rojo a la izquierda. Los filtros de color sólo le permiten ver a cada ojo la imagen con el punto de vista correcto que le corresponde. La inclinación de la imagen optimiza aún el efecto. Y ya que se pusieron estos anteojos, aprovechen para recorrer otras páginas web con imágenes estéreo relacionadas con la astronomía y el espacio, como el archivo de la Mars Path Finder, una vuelta al Sistema Solar en 3D o, también, otras imágenes en estéreo de las misiones Apolo a la Luna realizadas por Patrick Vantuyne.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 23 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: Apolo 12, NASA; imagen estéreo realizada por Patrick Vantuyne (en inglés).
(*) Una de las fotografías de Pete Conrad sin el efecto estéreo:
(clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.
Año: 1668. Científicos / Artistas: Athanasius Kircher y Agapitus de Bernardinis. Obra original: Mosaico del Templo de la Fortuna. Publicación actual: Athanasius Kircher, de Joscelyn Godwin.
Este detalle está extraído de un grabado, que reproduce un mosaico del siglo I, cuyo tema se centraba en las actividades desarrolladas en ocasión de la inundación anual del Nilo. En la ilustración figuran algunos animales de apariencia extraña que son difíciles de relacionar con las especies reales. Sin embargo, las lanzas clavadas en sus cuerpos son mucho más fáciles de conectar con el mundo real.
En oportunidad de celebrarse este año el Año Internacional de la Astronomía, la revista New Scientist publicó un visita virtual —o de escritorio— que recorre los 400 años de historia del instrumento que revolucionó la práctica astronómica y, a resultas de ella, modificó la cosmovisión del hombre occidental.
Durante los próximos días voy a ir publicando cada una de las paradas de este tour.
El refractor de Galileo (1609)
Todavía hoy es materia de controversia el origen exacto del telescopio. Los documentos más antiguos que se conservan atribuyen la invención a Hans Lippershey, un fabricante de lentes holandés que intentó patentar el diseño del aparato a principios del siglo XVII. Lippershey descubrió que al colocar una lente convexa en el extremo de un tubo y una cóncava en el otro podía aumentar la imagen de los objetos distantes.
Aunque Galileo no inventó el telescopio, ciertamente mejoró el diseño de los aparatos al ir incrementando poco a poco su capacidad de aumento. Además, aunque tampoco fue el primero en darse cuenta de que podía emplear el telescopio para estudiar el cielo en vez de sólo aumentar los objetos terrestres, sí fue el primero en publicar sus resultados.
En la imagen mostrada arriba (clic para ampliarla) se ve a Galileo demostrando uno de sus telescopios a los gobernantes de Venecia en agosto de 1609 —Galileo es el que está de pie a la derecha del telescopio—. Las observaciones de Galileo realizadas en los años siguientes, entre las que se cuenta el descubrimiento de cuatro grandes lunas girando alrededor de Júpiter, ayudaron a impulsar la teoría heliocéntrica propuesta por Nicolás Copérnico, o sea, la cosmovisión que trasladó el centro del universo de la Tierra al Sol.
Fuente: The most important telescopes in history. Crédito de la imagen: Science Photo Library, extraída de Eyes on the Skies: 400 Years of Telescopic Discovery, de Govert Schilling y Lars Lindberg Christensen (Wiley-VCH, 2009) (en inglés).
Numerosas regiones oscuras parecen dividir los ricos campos estelares que se encuentran al este de Antares, en dirección al centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea:
(clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla mucho más grande). Dichas regiones oscuras son en realidad nubes de polvo interestelar, las que fueron catalogadas a principios del siglo XX por el astrónomo E. E. Barnard como B59, B72, B77 y B78, entre otras, y cuyas siluetas se ven en la imagen recortadas contra el fondo del cielo ricamente estrellado. Tomadas en conjunto parecen formar aquí la boquilla de una pipa y su hornillo, de ahí que dicha nebulosa oscura sea conocida familiarmente como Nebulosa de la Pipa. La imagen amplia y profunda de hoy se registró en los cielos muy oscuros de Chile. Cubre un campo de visión de 10 grados de ancho por 7 grados de alto en la Constelación de Ofiuco (Ophiuchus en latín). La Nebulosa de la Pipa forma parte del complejo de nubes oscuras de Ophiuchus situado a una distancia cercana a los 450 años-luz. Los densos núcleos de gas y polvo que forman la Nebulosa de la Pipa están colapsando para formar estrellas.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 22 de mayo de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Yuri Beletsky (ESO) (en inglés).
Conectando la Nebulosa de la Pipa con la brillante estrella Antares —la estrella más brillante de la Constelación del Escorpión— hay una fluctuante nube sombría llamada Río Oscuro. La tenebrosidad del Río Oscuro se debe a que el polvo absorbe la luz de las estrellas del fondo, aunque la nebulosa contiene en su mayor parte hidrógeno y gas molecular:
(clic en la imagen para ampliarla). Antares, la estrella brillante y amarilla que aparece apenas por debajo del centro del campo fotografiado, está inmersa en las coloridas nubes de la nebulosa Rho Ofiuco (sigue en El Río Oscuro hacia Antares).
¿Reconocen a la Nebulosa de la Pipa en esta última imagen? Del margen izquierdo de la imagen parecen salir algunas bandas oscuras que en conjunto forman la Nebulosa del Caballo Oscuro (ver la imagen completa de esta nebulosa, bien distinta de la Nebulosa de la Cabeza de Caballo o de IC 4592, la cabeza de caballo en azul). La Nebulosa de la Pipa forma la pata inferior del caballo cuya prolongación imaginaria pasaría apenas por debajo de Antares, vista aquí en tonos amarillentos.
En la imagen de más arriba hay otro objeto conocido, aunque se ve mucho mejor en la ampliación de la imagen. Tiene forma de "S" y se encuentra en la parte superior y central de la imagen: es la Nebulosa de la Serpiente, catalogada como Barnard 72. ¿Habrá sido esta serpiente la que hizo encabritar al caballo oscuro?
El transbordador espacial Discovery partió el 24 de abril de 1990 hacia el espacio llevando a bordo un objeto revolucionario: el Telescopio Espacial Hubble. A la fecha era el telescopio óptico más grande y más sensible lanzado al espacio y, aunque en un principio no funcionó correctamente, no tardó en tomar algunas de las imágenes astronómicas más asombrosas y hermosas de todos los tiempos.
Cuando se diseñó al Hubble se tuvo en cuenta que éste pudiera ser actualizado periódicamente y al tiempo que se publican estas líneas los astronautas del transbordador espacial Atlantis (STS-125) están por instalar dos cámaras nuevas, además de reparar otras dos y reemplazar toda una serie de piezas del Hubble. Como la presente misión de mantenimiento del telescopio es la última prevista, éste parece ser un buen momento para escribir sobre el Hubble.
Además aunque posiblemente sea el telescopio más famoso del mundo —y casi podría asegurarse que es el único que la gente conoce por su nombre— aún así es muy probable que haya varias cosas acerca del Hubble que sorprenderán a más de un lector. Estas razones impulsaron a Phil Plait a publicar diez breves entradas sobre este venerable telescopio, como en su momento lo hizo con la Galaxia de la Vía Láctea y Plutón. Por supuesto, nadie subestima a los seguidores del blog y los hay muy versados en todo lo que tenga que ver con la astronomía. Sin embargo, hay muy buenas razones para creer que ninguno conocerá todas y cada una de las cosas tratadas en las diez secciones de esta serie —a menos, claro está, que haya operado el telescopio—, más aún cuando Phil Plait contará su propia experiencia con el observatorio. La serie promete ser muy interesante. Como ocurrió con las series anteriores, iré traduciendo y publicando las secciones durante los próximos días.
Aunque no lo crean, el Hubble también observó el Sol
Admítanlo, estoy seguro que este dato no lo sabían: no tenían ni idea de que el Hubble había observado en una oportunidad al Sol. Incluso Phil Plait tampoco lo sabía, hasta que un amigo, el astrónomo Glenn Schneider, se lo dijo.
Schneider cuenta toda la historia en su página web (en inglés). La versión resumida es que algunos tipos de detectores electrónicos tienen electrones de sobra, así como las arterias tienen placas. Un método para eliminar esos electrones sobrantes es inundar al detector con luz ultravioleta (UV). Los chips usados en la cámara planetaria y de gran angular (WFPC) original fueron puestos en órbita con este defecto y, por lo tanto, no quedaba otra que inundarlos con luz UV. Y resulta que hay una fuente bastante brillante de luz UV en el espacio...
Se dan cuenta hacia donde conduce esto.
Los ingenieros habían equipado a la cámara WFPC con un pequeño espejo que podía salir del instrumento. En realidad, esta pieza estaba montada para que sobresaliera del costado del Hubble, a la manera de un periscopio (para guiarse pueden ver la imagen explicativa en la página web de Schneider). Miraba hacia atrás, hacia el extremo de la popa del telescopio espacial. Luego se apuntaba el gran observatorio hacia la dirección opuesta a la del Sol, de forma que el mencionado espejo retrovisor tuviese de frente al Sol y así condujera directamente la luz solar a la cámara WFPC.
Más arriba (clic en la imagen para ampliarla) se muestra la imagen obtenida con este procedimiento: una imagen ciento por ciento real y auténtica del Sol —en realidad, un mosaico— tomada por el Telescopio Espacial Hubble.
No me digan que esto no es algo totalmente inesperado.