Un museo de mamíferos fabulosos (35)
Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.Año: 1668.
Científicos / Artistas: Athanasius Kircher y Agapitus de Bernardinis.
Obra original: Mosaico del Templo de la Fortuna.
Publicación actual: Athanasius Kircher, de Joscelyn Godwin.
Este detalle está extraído de un grabado, que reproduce un mosaico del siglo I, cuyo tema se centraba en las actividades desarrolladas en ocasión de la inundación anual del Nilo. En la ilustración figuran algunos animales de apariencia extraña que son difíciles de relacionar con las especies reales. Sin embargo, las lanzas clavadas en sus cuerpos son mucho más fáciles de conectar con el mundo real.
Fuente: Strange Science (en inglés).
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