La protoestrella en evaporación IRAS 20324

Lo que sí se sabe es que la parte interna de IRAS 20324+4057 se está contrayendo y dará lugar a la formación de una nueva estrella.
En cuanto al exterior de la nube interestelar, la radiación y los vientos energéticos arrastran y erosionan una gran parte del gas y del polvo que podrían haberse usado para formar la estrella. Por consiguiente, no se sabe la masa que tendrá la estrella en formación y, al desconocerse este factor, tampoco se puede saber el destino final de la estrella.
Si los vientos y la radiación reducen la protoestrella a la masa del Sol, llegará el día en el que la atmósfera exterior de la nueva estrella se expanda en una nebulosa planetaria, incluso una que se parezca a una mariposa (ver la imagen al pie de la entrada).

La nebulosa erosionada y protoestelar catalogada como IRAS 20324+4057 mide casi un año-luz de longitud y se encuentra a unos 4.500 años-luz de distancia, en dirección de la constelación del Cisne (Cygnus en latín).
El Telescopio Espacial Hubble había registrado en 2006 la imagen de IRAS 20324+4057 mostrada arriba, pero recién se dio a conocer la semana pasada.
La batalla entre la gravedad y la luz se prolongará por 100 mil años o más, pero hábiles observaciones y agudas deducciones podrían descubrir claves reveladoras mucho antes de eso.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 4 de septiembre de 2013. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la imagen: NASA, ESA, el equipo del Hubble Heritage (STScI / AURA) y IPHAS.
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