domingo, octubre 31, 2010

Halloween y la Nebulosa de la Cabeza del Fantasma


El origen de Halloween es muy antiguo y se relaciona con la astronomía (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 750 píxeles o verla aún más grande).

Ya el siglo V antes de nuestra era, se celebraba Halloween como uno de los cuatro cross-quarter day (en rojo en la imagen de la derecha), esto es, un día a mitad de camino entre el equinoccio —el día y la noche tienen la misma duración— y el solsticio —el día más largo y la noche más corta del año en el hemisferio sur o las duraciones opuestas en el hemisferio norte—. Sin embargo, en el calendario moderno el verdadero día a mitad de camino ocurrirá durante la próxima semana. Otro día similar es el Día de la Marmota.

La celebración moderna de Halloween sólo retiene de sus raíces históricas la costumbre de disfrazarse para espantar los espíritus de la muerte. La imagen mostrada al comienzo de la entrada, que representa la Nebulosa de la Cabeza del Fantasma en una toma del Telescopio Espacial Hubble, podría considerarse como un homenaje apropiado para esta antigua fiesta.

A pesar de su semejanza con un fantasma de ficción, NGC 2080 es en realidad una región de formación estelar en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de la Vía Láctea, nuestra galaxia. La Nebulosa de la Cabeza del Fantasma cubre un campo de unos 50 años-luz (*) y esta versión la muestra en colores representativos.

Las Nubes de Magallanes desde Iguazú. Este magnífico panorama celeste tiene como primer plano la selva tropical que rodea las espectaculares Cataratas del Iguazú y que forma parte del parque nacional situado en la frontera entre Argentina y Brasil. Al observar hacia el cielo, a partir de la izquierda y siguiendo el arco de la Vía Láctea se distinguen Alfa y Beta del Centauro, la nebulosa oscura Saco de Carbón, la Cruz del Sur y la Nebulosa Carina. Sirio, la estrella más brillante del cielo terrestre se encuentra en el extremo derecho. Canopus, la segunda estrella más brillante del firmamento terrestre, junto con la Pequeña y la Gran Nube de Magallanes, nuestras galaxias satélite vecinas, están presentes en la escena (clic en la imagen para ampliarla). Leer la entrada completa, que incluye una versión de la misma imagen en la que se identifican los objetos celestes mencionados.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 31 de octubre de 2010. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: Mohammad Heydari-Malayeri (Observatoire de Paris) et al., ESA, NASA.


(*) Acerca de las distancias cósmicas

Las distancias en astronomía se miden en unidades de años-luz, donde un año-luz es la distancia que la luz recorre en un año: 10 billones de kilómetros. Sin embargo, por razones históricas relacionadas con la medición de la distancia a las estrellas cercanas, los astrónomos profesionales usan la unidad conocida como pársec, siendo un pársec igual a 3,26 años-luz.

Los astrónomos calculan la distancia a las galaxias remotas —aquellas que están más allá de los 20 millones de años-luz— con la ley de Hubble. Según esta ley, el universo se expande de forma tal que las galaxias distantes se alejan entre sí a una velocidad proporcional a su distancia. La recesión, como se denomina este fenómeno, causa que la radiación de una galaxia se desplace hacia longitudes de onda más largas, un efecto conocido como el desplazamiento al rojo o redshift. A partir de la medición del corrimiento al rojo y la constante de proporcionalidad, denominada constante de Hubble, los astrónomos pueden determinar la distancia a una galaxia.

Uno de los problemas centrales de la astronomía moderna es determinar con la mayor precisión posible la constante de Hubble, o sea, la medición de la tasa de expansión del universo. En la actualidad la constante ha podido medirse con una precisión de un 20 por ciento, por lo que las distancias medidas suelen modificarse diciendo, por ejemplo, "alrededor de 100 millones de años-luz". En particular, el equipo del Observatorio Espacial Chandra asume para sus publicaciones un valor de la constante de Hubble que corresponde a una velocidad de recesión de 600 kilómetros por segundo para una fuente a una distancia de 30 millones de años-luz o 10 millones de pársecs (H0 = 60 km/s/Mpc).