Descubren sistemas planetarios formándose en Orión
¿Cómo se forman los planetas? Con el fin de averiguarlo, los científicos programaron el Telescopio Espacial Hubble para que tome una vista detallada de la Gran Nebulosa de Orión, una de las nebulosas astronómicas más interesantes y quizá la más famosa (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 600 píxeles o verla mucho más grande). La Nebulosa de Orión, visible a simple vista a una distancia muy corta del cinturón de la constelación de Orión, es una región de formación estelar inmensa y cercana.
En los recuadros del mosaico mostrado arriba se observan numerosos discos protoplanetarios, la mayor parte de los cuales son a su vez guarderías estelares en las que probablemente se estén formando sistemas planetarios. Algunos discos protoplanetarios brillan intensamente en la proximidad de estrellas muy jóvenes y calientes, mientras que otros lo hacen a mayor distancia de su estrella principal, contienen polvo más frío y por esta razón su silueta aparece recortada contra el gas más brillante. El estudio detallado de este gas les está dando a los investigadores una idea más clara de cómo se forman los planetas. Además, la mayoría de los imágenes de discos protoplanetarios muestran arcos que son, en realidad, ondas de choque, o sea, frentes en los cuales materia a muy alta velocidad alcanza a un gas desplazándose con mayor lentitud. La Nebulosa de Orión se encuentra a unos 1500 años-luz de distancia (*), en el mismo brazo espiral de la Vía Láctea en el que se halla el Sol.
Una colección de 30 sistemas planetarios que se están formando ahora en la Nebulosa de Orión publicada por primera vez. Sólo el Hubble tiene la capacidad para sacar fotografías tan detalladas de discos protoplanetarios en el espectro visible (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 22 de diciembre de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: NASA, ESA, M. Robberto (STScI/ESA), el HST Orion Treasury Project Team y L. Ricci (ESO) (en inglés).
(*) Una nota sobre las distancias cósmicas
Las distancias en astronomía se miden en unidades de años-luz, donde un año-luz es la distancia que la luz recorre en un año: 10 billones de kilómetros. Sin embargo, por razones históricas relacionadas con la medición de la distancia a las estrellas cercanas, los astrónomos profesionales usan la unidad conocida como pársec, siendo un pársec igual a 3,26 años-luz.
Los astrónomos calculan la distancia a las galaxias remotas —aquellas que están más allá de los 20 millones de años-luz— con la ley de Hubble. Según esta ley, el universo se expande de forma tal que las galaxias distantes se alejan entre sí a una velocidad proporcional a su distancia. La recesión, como se denomina este fenómeno, causa que la radiación de una galaxia se desplace hacia longitudes de onda más largas, un efecto conocido como el desplazamiento al rojo o redshift. A partir de la medición del corrimiento al rojo y la constante de proporcionalidad, denominada constante de Hubble, los astrónomos pueden determinar la distancia a una galaxia.
Uno de los problemas centrales de la astronomía moderna es determinar con la mayor precisión posible la constante de Hubble, o sea, la medición de la tasa de expansión del universo. En la actualidad la constante ha podido medirse con una precisión de un 20 por ciento, por lo que las distancias medidas suelen modificarse diciendo, por ejemplo, "alrededor de 100 millones de años-luz". En particular, el equipo del Observatorio Espacial Chandra asume para sus publicaciones una valor de la constante de Hubble que corresponde a una velocidad de recesión de 600 kilómetros por segundo para una fuente a una distancia de 30 millones de años-luz o 10 millones de pársecs (H0 = 60 km/s/Mpc).
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