Orwell, lenguaje y gobierno totalitario
Vaya uno a saber porqué —quizás el acontecimiento del día tuvo algo que ver—, pero a veces estas cosas simplemente suceden. Hoy me encontré nuevamente con un ensayo de George Orwell, La política y el lenguaje inglés, escrito en un casi contemporáneo 1946.
La tesis principal del ensayo es la asociación entre la corrupción del lenguaje y el surgimiento de un gobierno totalitario. Transcribo unos párrafos:
En nuestra época, el lenguaje y los escritos políticos son ante todo una defensa de lo indefendible. [...] el lenguaje político está plagado de eufemismos, peticiones de principio y vaguedades oscuras. Se bombardean poblados indefensos desde el aire, sus habitantes son arrastrados al campo por la fuerza, se abalea al ganado, se arrasan las chozas con balas incendiarias: y a esto se le llama "pacificación". Se despoja a millones de campesinos de sus tierras y se los lanza a los caminos sin nada más de lo que puedan cargar a sus espaldas: y a esto se le llama "traslado de población" o "rectificación de las fronteras". Se encarcela sin juicio a la gente durante años, o se le dispara en la nuca o se la manda a morir de escorbuto en los campamentos madereros del Ártico: y a esto se le llama "eliminación de elementos no dignos de confianza". Dicha fraseología es necesaria cuando se quiere nombrar las cosas sin evocar sus imágenes mentales.Un poco más adelante afirma:
El gran enemigo del lenguaje claro es la falta de sinceridad. Cuando hay una brecha entre los objetivos reales y los declarados, se emplean casi instintivamente palabras largas y modismos desgastados, como un pulpo que expulsa tinta para ocultarse. En nuestra época no es posible "mantenerse alejado de la política". Todos los problemas son problemas políticos, y la política es una masa de mentiras, evasiones, locura, odio y esquizofrenia. Cuando la atmósfera general es perjudicial, el lenguaje debe padecer.Siguiendo esta tesis, no sorprende que el Gran Hermano, el gobierno totalitario de 1984 —la obra más conocida de Orwell— intente imponer un nuevo lenguaje, la neolengua, una versión empobrecida del lenguaje natural, con el que pretende controlar de una manera muy precisa el significado de las palabras e incluso el pensamiento de los gobernados y censurar toda expresión de disconformismo.
Volviendo a La política y el lenguaje inglés, Orwell cree que se puede revertir el proceso de corrupción del lenguaje y, por consiguiente, del pensamiento, y evitar así el surgimiento de un gobierno totalitario. Su propuesta para romper el círculo destructivo en el que está inmerso el lenguaje y el pensamiento consiste en la mejora conciente y trabajosa de nuestro uso del lenguaje. Tarea no violenta en apariencia y que probablemente decepcionará a los activistas, pero que sin duda exige un esfuerzo titánico.
La política y el lenguaje inglés (leer la versión inglesa), (leer la versión castellana).
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