viernes, septiembre 19, 2008

Haumea, el último de los plutoides conocidos

El último planeta enano sin nombre en el Sistema Solar finalmente consiguió el suyo, luego de años de disputa. Se llamará Haumea, por la diosa del parto y la fertilidad de la mitología hawaiana.

La Unión Astronómica Internacional (IAU por sus iniciales en inglés), que el miércoles anunció el nuevo nombre, tuvo dificultades para ponerle nombre al objeto, debido a que dos equipos reclamaron el descubrimiento.

Un equipo dirigido por José Luis Ortiz del Instituto de Astrofísica de Andalucía, en Granada, España, efectuó el reclamo original del descubrimiento en 2005. Pero algunos discutieron esa afirmación, diciendo que el grupo de Ortiz encontró el objeto al examinar los diarios de observación de un grupo dirigido por Mike Brown, del Caltech.

A causa de la disputa, el nombre del descubridor quedó en blanco en el listado de la IAU.

La ubicación del descubrimiento permanecerá en el Observatorio de Sierra Nevada, en España, donde el equipo Ortiz llevó a cabo las observaciones. Pero el objeto, conocido anteriormente como 2003 EL61, llevará el nombre sugerido por el equipo de Brown.

"Es intencionalmente impreciso sobre el descubridor del objeto", dijo Brian Marsden, secretario del Comité de la IAU sobre la Nomenclatura de Pequeños Cuerpos, uno de los dos comités de la IAU que en conjunto tienen la responsabilidad de ponerle el nombre a los planetas enanos.


Registros del servidor

"No queremos provocar un incidente internacional", dijo Marsden a New Scientist. Pero añadió que la IAU había investigado las reclamaciones de ambos equipos y encontró que los argumentos de Brown eran más sólidos. "Tarde o temprano, la posteridad reconocerá lo que sucedió y Mike Brown obtendrá todo el crédito”, añadió Marsden.

Además comentó que la controversia sobre este descubrimiento es la peor desde la disputa, a comienzos del siglo XVII, sobre quién había hallado los cuatro mayores satélites de Júpiter. La disputa, entre Galileo y el astrónomo Simon Marius, finalmente se resolvió en favor de Galileo.

Ortiz anunció el descubrimiento el 28 de julio de 2005, pero los registros del servidor mostraron que dos días antes un miembro de su institución había accedido a los diarios de observación on-line del objeto.

Posteriormente Ortiz dijo que había encontrado los diarios algunos días después de que un estudiante graduado le mostrase las imágenes archivadas del objeto tomadas en marzo de 2003. Agregó que había notado un objeto similar al descrito por el equipo de Brown en el resumen de una conferencia publicada on-line pocos días antes y que había buscado en la red más información.


Dioses del inframundo

Pero Brown, que envió una queja a la IAU en agosto de 2005, puso en duda que el equipo español hubiera identificado en realidad a 2003 EL61 antes de ver su resumen y el diario del telescopio.

Ortiz no estaba disponible para hacer comentarios cuando New Scientist intentó contactar con él el jueves.

Su equipo había sugerido el nombre de Ataecina, una diosa adorada en la antigua Península Ibérica que estaba asociada con Perséfone, la diosa griega del inframundo. Pero la IAU reserva el nombre de los dioses del inframundo para objetos como Plutón, cuyas órbitas están vinculadas gravitatoriamente con Neptuno.

Brown afirmó que había quedado conforme con el resultado, pero señaló que es atípico que se le haya permitido a su equipo ponerle nombre al objeto sin que se le reconociera como descubridor oficial.


Lunas diminutas

Haumea se une a Plutón, Eris y Makemake como los únicos "plutoides" conocidos, un término concebido por la IAU para describir los objetos similares a Plutón que se encuentran más allá de Neptuno.

Haumea tiene forma de cigarro y casi el mismo tamaño de Plutón en su eje largo. Haumea gira en una forma continua cada cuatro horas, lo que lo convierte en uno de los objetos de giro más rápido del Sistema Solar.

Este giro parece haber sido causado por una tremenda colisión, hace miles de millones de años, con otro objeto en el lejano Cinturón de Kuiper, un anillo de cuerpos helados más allá de Neptuno. Dicha colisión parece haber creado las dos lunas de Haumea y, por lo menos, otros siete descendientes helados que comparten la misma órbita alrededor del Sol, dijo Brown.

La IAU adjudicó el descubrimiento de las lunas de Haumea al equipo de Brown. Sus nombres son Hi'iaka y Namaka, por dos hijos de Haumea que se habrían formado, según se dice, con partes de su cuerpo.

Fuente: Rachel Courtland para New Scientist (en inglés). Ilustración: Ann Feild/STScI/ESA/NASA).

Actualización: La otra versión del descubrimiento en La historia de Ataecina vs Haumea (en castellano).