jueves, junio 11, 2009

Diez cosas que no sabías sobre el Hubble (9)

El transbordador espacial Discovery partió el 24 de abril de 1990 hacia el espacio llevando a bordo un objeto revolucionario: el Telescopio Espacial Hubble. A la fecha era el telescopio óptico más grande y más sensible lanzado al espacio y, aunque en un principio no funcionó correctamente, no tardó en tomar algunas de las imágenes astronómicas más asombrosas y hermosas de todos los tiempos.

Cuando se diseñó al Hubble se tuvo en cuenta que éste pudiera ser actualizado periódicamente y al tiempo que se publican estas líneas los astronautas del transbordador espacial Atlantis (STS-125) están por instalar dos cámaras nuevas, además de reparar otras dos y reemplazar toda una serie de piezas del Hubble. Como la presente misión de mantenimiento del telescopio es la última prevista, éste parece ser un buen momento para escribir sobre el Hubble.

Además aunque posiblemente sea el telescopio más famoso del mundo —y casi podría asegurarse que es el único que la gente conoce por su nombre— aún así es muy probable que haya varias cosas acerca del Hubble que sorprenderán a más de un lector. Estas razones impulsaron a Phil Plait a publicar diez breves entradas sobre este venerable telescopio, como en su momento lo hizo con la Galaxia de la Vía Láctea y Plutón. Por supuesto, nadie subestima a los seguidores del blog y los hay muy versados en todo lo que tenga que ver con la astronomía. Sin embargo, hay muy buenas razones para creer que ninguno conocerá todas y cada una de las cosas tratadas en las diez secciones de esta serie —a menos, claro está, que haya operado el telescopio—, más aún cuando Phil Plait contará su propia experiencia con el observatorio. La serie promete ser muy interesante. Como ocurrió con las series anteriores, iré traduciendo y publicando las secciones durante los próximos días.


Una de las cámaras del Hubble puede verse en el Museo Nacional del Aire y del Espacio

Tal como se dice más arriba, por diseño el Hubble puede ser reparado o actualizado periódicamente. Así, cuando las nuevas tecnologías permiten construir mejores cámaras, es posible retirar los aparatos viejos y reemplazarlos con los nuevos. Cuando en 1997 se instaló la STIS y la cámara infrarroja NICMOS en el Hubble, al mismo tiempo se retiró el espectrógrafo Goddard y el Espectrógrafo de Objetos Tenues (FOS).

Cuenta Phil Plaitt que cuando todavía trabajaba en Centro de Vuelo Espacial Goddard, luego de almorzar solía salir a dar un paseo por las instalaciones. A veces lograba filtrarse en un edificio que tenía un enorme almacén y, por lo general, había cosas interesantes para ver, como satélites en construcción, la etapa superior de un cohete —sin el combustible— colgado de una grúa.

"Un día estaba en el frente del almacén y vi algo que se parecía a un caseta telefónica negra y bastante grande en el interior de un palé. ¿Podría ser...? Me acerqué y sí, ¡era el FOS! No podía creer lo que veía. Ahí estaba una cámara que en su construcción se había costado varios cientos de millones de dólares. Se le habían quitado dos de sus paneles laterales y uno de ellos había sido reemplazado con una plástico grueso pero transparente. Me di cuenta de que la iban a llevar a un museo: a través del plástico la gente podría ver el interior de la cámara. Pero el otro panel todavía faltaba, así que se podían ver las tripas de la cámara.

Por supuesto que me acerqué y revisé todo lo que pude. Había querido usar el FOS en mi doctorado para analizar espectros tomados en fechas diferentes de una explosión estelar. Pero resultó que no pude usar los datos porque no se sabía con exactitud el sector al que había apuntado el telescopio en esas tomas, lo que impidió que comparara ambos espectros entre sí. Aún así estuve durante varios meses estudiando el funcionamiento de la cámara y la tentación era muy fuerte. Era asombroso: podía ver exactamente la forma en la que la cámara trabajaba y todos los diagramas que había estudiado minuciosamente cinco años atrás se me presentaron en la mente de inmediato.

Convencí a un amigo para que me acompañara al día siguiente a ver la cámara y él fue quien me tomó la fotografía mostrada más arriba, en la cual yo estoy pretendiendo —¡sí, sólo pretendiendo!— cortar algunos cables con una pinza.

Pasaron unos años y en una visita a Washington DC fui al Museo Nacional del Aire y del Espacio. Ya no me acordaba de la anécdota vivida en el Goddard. Doblé una esquina y allí estaba mi vieja amiga: sonreí, sabiendo que iba a terminar aquí. Le habían reemplazado el segundo panel exterior con un plástico y se podía ver el interior de la cámara. Si comparan ambas fotografías (clic en las imágenes para ampliarlas) podrán comprobar que se trata del mismo equipo.

Es la única pieza del Hubble que toqué con mis propias manos. Bueno, además de la capa aislante que voló en el Hubble durante varios años y fuera traída de regreso a la Tierra luego de una misión de mantenimiento. Alguien había extendido esta capa de plata brillante sobre una silla en una sala que usábamos para examinar el STIS. Cuando la vi, la... No. Esa es otra historia."

Fuente: Bad Astronomy Blog (en inglés).

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