La galaxia espiral barrada NGC 6217
En la mayor parte de las galaxias espirales una barra cruza sus centros. También se piensa que la Vía Láctea, nuestra galaxia, cuenta con una modesta barra central. En cambio, la galaxia espiral NGC 6217, mostrada arriba (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 800 píxeles o verla aún más grande), tiene una barra central de considerables proporciones. Esta fotografía tan detallada se tomó con la recientemente reparada cámara ACS, instalada a bordo del Telescopio Espacial Hubble. Se observan numerosos filamentos de las oscuras bandas de polvo, cúmulos jóvenes de estrellas azules y brillantes, nebulosas de emisión rojas compuestas por hidrógeno resplandeciente, una extensa barra brillante que cruza el centro, y un núcleo activo y luminoso que probablemente alberga un agujero negro supermasivo.
La luz de NGC 6217 demora unos 60 millones de años (*) en llegar hasta nosotros. Dicha galaxia cubre un campo de unos 30 mil años-luz y se encuentra en la constelación de la Osa Menor (Ursa Minor en latín).
Si alguien nunca hubiera salido de su casa, no sabría cómo ésta se ve desde el exterior. Esa es la situación con la Vía Láctea. Estamos en su interior, así que en realidad no sabemos cuál es el aspecto de su estructura. Hay otros ejemplos de grandes espirales que podemos ver, pero eso es como ver otras casas desde la ventana de la nuestra y eso no nos asegura nada. Los astrónomos desarrollaron una mapa detallado de la Vía Láctea y se dieron cuenta de que le habían dado demasiados brazos a nuestra galaxia: sólo tiene 2, y no 4 coo se había pensado al principio (clic en la imagen para ampliarla). Leer la entrada completa.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 28 de diciembre de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: NASA, ESA y el Hubble SM4 ERO Team (en inglés).
(*) Una nota sobre las distancias cósmicas
Las distancias en astronomía se miden en unidades de años-luz, donde un año-luz es la distancia que la luz recorre en un año: 10 billones de kilómetros. Sin embargo, por razones históricas relacionadas con la medición de la distancia a las estrellas cercanas, los astrónomos profesionales usan la unidad conocida como pársec, siendo un pársec igual a 3,26 años-luz.
Los astrónomos calculan la distancia a las galaxias remotas —aquellas que están más allá de los 20 millones de años-luz— con la ley de Hubble. Según esta ley, el universo se expande de forma tal que las galaxias distantes se alejan entre sí a una velocidad proporcional a su distancia. La recesión, como se denomina este fenómeno, causa que la radiación de una galaxia se desplace hacia longitudes de onda más largas, un efecto conocido como el desplazamiento al rojo o redshift. A partir de la medición del corrimiento al rojo y la constante de proporcionalidad, denominada constante de Hubble, los astrónomos pueden determinar la distancia a una galaxia.
Uno de los problemas centrales de la astronomía moderna es determinar con la mayor precisión posible la constante de Hubble, o sea, la medición de la tasa de expansión del universo. En la actualidad la constante ha podido medirse con una precisión de un 20 por ciento, por lo que las distancias medidas suelen modificarse diciendo, por ejemplo, "alrededor de 100 millones de años-luz". En particular, el equipo del Observatorio Espacial Chandra asume para sus publicaciones una valor de la constante de Hubble que corresponde a una velocidad de recesión de 600 kilómetros por segundo para una fuente a una distancia de 30 millones de años-luz o 10 millones de pársecs (H0 = 60 km/s/Mpc).
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