El remanente de supernova Simeis 147
Uno podría perderse fácilmente al tratar de seguir los complejos y laberínticos filamentos mostrados en este detallado mosaico del tenue remanente de supernova Simeis 147 (clic en la imagen para ampliarla a 825 x 605 píxeles o verla aún más grande).
Esta estructura, también designada en los catálogos como Sh2-240 y visible en dirección de la constelación del Toro (Taurus en latín), cubre un campo de casi 3 grados en el cielo (el equivalente a 6 lunas llenas). El campo mencionado corresponde a un diámetro real de aproximadamente 150 años-luz, puesto que la nube de desechos se encuentra a una distancia estimada de 3 mil años-luz.
Esta notable composición comprende datos de imagen obtenidos con filtros de banda estrecha a fin de resaltar la emisión de los átomos de hidrógeno y oxígeno que permiten seguir las circunvoluciones del gas que resplandece (en la imagen de la derecha) al ser embestido por la onda de choque de la supernova.
El remanente de supernova tiene una edad estimada de 40 mil años, lo que significa que la luz de la gigantesca explosión estelar que le dio nacimiento llegó por primera vez a la Tierra hace 40 mil años. Pero dicho remanente en expansión no es la única consecuencia de esta catástrofe cósmica. Detrás de sí dejó también un púlsar, esto es, una estrella de neutrones con una rotación muy rápida, todo lo que queda del núcleo de la estrella original.
Un video (36 seg.) que reconstruye la explosión de la supernova que dio origen a la Nebulosa del Cangrejo o Crab Nebula —es el objeto identificado como M1 luego de hacer clic en Mark the Deep Sky Objects—, observada en el año 1054 de nuestra era:
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 12 de febrero de 2011. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Nobuhiko Miki.
A la derecha vemos otras imágenes del mismo remanente de supernova Simeis 147 (clic en la imagen para ampliarla a 489 x 1081 píxeles). La primera imagen es una composición color de 66 imágenes tomadas en la banda del azul y el rojo por el telescopio de 48 pulgadas Samuel Oschin desde las instalaciones del Observatorio del Palomar (más información). La segunda imagen es el resultado de ocho horas de exposición con el filtro H-alfa, que transmite sólo la luz de los átomos de hidrógeno recombinados en la nebulosa en expansión (más información). Finalmente, la tercera imagen es también una exposición de ocho horas con el mismo filtro H-alfa, pero utilizando una cámara astronómica CCD y un adaptador especial para obtener una gran amplitud de campo (más información).
(*) Supernovas y remanentes de supernovas
Aproximadamente cada 50 años una estrella masiva de nuestra galaxia vuela en pedazos en una explosión de supernova (ver videos y animaciones). Las supernovas son uno de los acontecimientos más violentos del universo y la fuerza de la explosión genera un destello cegador de radiación y ondas expansivas similares a un estampido.
Inicialmente se había clasificado a las supernovas de acuerdo con sus propiedades ópticas. Las supernovas del Tipo II muestran pruebas evidentes de hidrógeno en los desechos en expansión eyectados en la explosión, algo que no ocurre con las supernovas del tipo Ia. Investigaciones recientes permitieron refinar dichos tipos y, en consecuencia, se propuso una clasificación que tomara en cuenta los tipos de estrellas que dan lugar a las supernovas. Una explosión del Tipo II, así como las de Tipo Ib y Tipo Ic, se producen por el colapso catastrófico del núcleo de una estrella masiva. Una supernova del Tipo Ia ocurre por una súbita explosión termonuclear que desintegra una estrella enana blanca.
Las supernovas del Tipo II se producen en regiones con muchas estrellas jóvenes y brillantes, tales como los brazos espirales de las galaxias. Al parecer no ocurren en las galaxias elípticas, cuya población dominante está compuesta por estrellas antiguas de poca masa. Puesto que las estrellas jóvenes y brillantes son típicamente estrellas con una masa 10 veces más grande que la del Sol, esta prueba, entre otras, permite concluir que las estrellas masivas producen las supernovas del Tipo II.
Algunas supernovas del Tipo I comparten numerosas características con las supernovas del Tipo II. Tales supernovas, clasificadas como Tipo Ib y Tipo Ic, se diferencian al parecer de las del Tipo II porque han perdido su envoltura externa de hidrógeno antes de la explosión. La envoltura de hidrógeno pudo haberse perdido debido a una vigorosa emisión de materia anterior a la explosión o porque fue arrancada por una estrella acompañante. Más información (en inglés).
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