jueves, enero 08, 2009

NGC 2736: La Nebulosa del Lápiz

A 500 mil kilómetros por hora, la onda de choque de una supernova se abre paso por el medio interestelar (clic en la imagen para ampliarla, o verla mucho más grande). En esta composición de colores hermosamente detallada, delgados filamentos entrelazados, que en realidad son extensas ondulaciones en una capa de gas resplandeciente vista casi de canto, se desplazan de derecha a izquierda. Designada en los catálogos como NGC 2736, su estrecho aspecto le valió el apodo popular de Nebulosa del Lápiz. Dicha nebulosa, de unos 5 años-luz de longitud y situada a no más de 800 años-luz de distancia, es sólo una pequeña parte del remanente de la Supernova de Vela. Este último mide aproximadamente 100 años-luz de diámetro y es una nube de desechos de una estrella que podría haber sido vista explotar hace unos 11 mil años. Al principio la onda de choque se desplazaba a varios millones de kilómetros por hora pero se retrasó considerablemente al encontrarse con el gas circundante.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 8 de enero de 2009. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Ken Crawford (Rancho Del Sol Observatory) (en inglés).

Ubicación del remanente de la Supernova de Vela en un mapa de la Vía Láctea:

(clic en la imagen para ampliarla) que muestra constelaciones y estrellas muy conocidas y fáciles de ubicar. Crédito: The Hubble Heritage Project. Al pie de esta misma página se encuentra

un mapa ampliado (y girado unos 90° en sentido horario respecto del anterior) de la región de la Supernova de Vela —en H-alfa, una de las líneas de emisión del espectro del hidrógeno, visible en la parte roja del espectro electromagnético— donde también se puede ubicar a la Nebulosa del Lápiz en relación con el propio remanente de la explosión y el púlsar de Vela (pueden escuchar online el sonido de este púlsar o descargarlo).


Supernovas y remanentes de supernovas

Aproximadamente cada 50 años una estrella masiva de nuestra galaxia vuela en pedazos en una explosión de supernova (ver videos y animaciones). Las supernovas son uno de los acontecimientos más violentos del universo y la fuerza de la explosión genera un destello cegador de radiación y ondas expansivas similares a un estampido.

Inicialmente se había clasificado a las supernovas de acuerdo con sus propiedades ópticas. Las supernovas del Tipo II muestran pruebas evidentes de hidrógeno en los desechos en expansión eyectados en la explosión mientras que no ocurre lo mismo con las supernovas del tipo Ia. Investigaciones recientes permitieron refinar dichos tipos y proponer una clasificación según los tipos de estrellas que dan lugar a las supernovas. Una explosión del Tipo II, así como las de Tipo Ib y Tipo Ic, se producen por el colapso catastrófico del núcleo de una estrella masiva. Una supernova del Tipo Ia ocurre por una súbita explosión termonuclear que desintegra una estrella enana blanca.

Las supernovas del Tipo II se producen en regiones con muchas estrellas jóvenes y brillantes, tales como los brazos espirales de las galaxias. Al parecer no ocurren en las galaxias elípticas, cuya población dominante está compuesta por estrellas antiguas de poca masa. Puesto que las estrellas jóvenes y brillantes son típicamente estrellas con una masa 10 veces más grande que la del Sol, esta prueba, además de otras, permite concluir que las estrellas masivas producen las supernovas del Tipo II.

Algunas supernovas del Tipo I tienen numerosas características en común con las supernovas del Tipo II. Tales supernovas, clasificadas como Tipo Ib y Tipo Ic, se diferencian al parecer de las del Tipo II porque han perdido su envoltura externa de hidrógeno antes de la explosión. La envoltura de hidrógeno pudo haberse perdido debido a una vigorosa emisión de materia anterior a la explosión o porque fue arrancada por una estrella acompañante. Más información (en inglés).