lunes, mayo 11, 2009

Un museo de mamíferos fabulosos (31)

Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.

Año: 1642.
Científico / Artista: Ulisse Aldrovandi.
Publicado por primera vez en: Monstrorum Historiae.
Publicación actual: Visual Cultures of Science, de Luc Pauwels (ed.).

Un coleccionista aficionado afirmó haber hallado un ciervo cuyas astas se veían como si tuvieran follaje. Años después Aldrovandi publicó un dibujo del ciervo con follaje incluído (ver la imagen más grande). Sin embargo, el historiador de la ciencia Francesco Panese observó que esto no significa que los lectores de Aldovandi hayan creído necesariamente que estaban viendo una descripción exacta.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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