Un museo de mamíferos fabulosos (17)
Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.Año: 1582.
Científico: Plinio el Viejo.
Publicado por primera vez en: Naturalis Historia.
Publicación actual: Renaissance Beasts, de Erica Fudge (ed.).
Estos grabados en madera del libro de Plinio son representaciones bastante precisas del enorme animal (clic en la imagen para ampliarla, o verla aún más grande). Aunque vivió en la Edad Antigua, Plinio siguió teniendo una gran influencia durante la Edad Media y el Renacimiento. Y por buenas razones. Los elefantes fueron mucho más conocidos en la Edad Antigua que en los dos milenios siguientes. Así, mientras naturalistas importantes del Renacimiento como Gesner y Aldrovandi probablemente nunca vieron un elefante, es muy posible que Plinio sí los viera. De todas maneras Plinio no podría haber aprobado esta ilustración, ya que rechazaba las ilustraciones en general. Pero con o sin ellas, fue capaz de transmitir hechos extraños sobre los paquidermos. Baste con este ejemplo: un elefante escribió (¡en latín!) una nota en la arena donde describía su júbilo por la derrota de los celtas.
Fuente: Strange Science (en inglés).
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