lunes, abril 13, 2009

Un museo de mamíferos fabulosos (18)

Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.

Año: 1403.
Explorador: Marco Polo.
Publicado por primera vez en: Livre de Merveilles.
Publicación actual: The Book of Fabulous Beasts, de Joseph Nigg.

Este elefante compartió el mismo cuadro con un unicornio. Es evidente que Marco Polo recordaba a los dos animales de sus viajes. El ilustrador aparentemente captó la naturaleza prensil de la trompa del elefante y, en el cuadro, el extremo de la trompa se parece muchísimo a una mano humana. Por otro lado, las patas son enormes.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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