El Sofista

Un museo de mamíferos fabulosos (2)

Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.

Año: 1486.
Autor: Erhard Reuwich.
Publicado por primera vez en: Perigrinationes ad Terram Sanctam.
Publicación actual: The Unicorn, de Nancy Hathaway.

Aunque hubo "avistamientos" de unicornios en todo el mundo, las descripciones de la mítica criatura no eran siempre iguales. No todos los unicornios se asemejaban a caballos blancos con cuernos de marfil. El unicornio chino parecía una vaca con escamas o un caballo con cabeza de dragón. La versión arábiga se parecía más a un rinoceronte pero con un cuerno más trabajado. Algunos unicornios se parecían a los leones, otros eran grandes como montañas y otros más del tamaño de un perro. Incluso algunos tenían un caparazón como el de la tortura o combinaban pezuñas con patas de pollo. Otros estaban dotados de buen gusto y sólo se alimentaban de caña de azúcar. La imagen muestra tres variedades bastante comunes de unicorio (clic en la imagen para ampliarla), especialmente cuando se las compara con sus primos más exóticos.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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escrito por el sofista @ viernes, marzo 13, 2009