Un museo de monstruos marinos ficticios (16)
Los europeos, desde la más remota antigüedad hasta bien pasado el Renacimiento, creían que había una gran variedad de bestias extrañas en el mundo, viviendo en los océanos, en los lejanos rincones del mundo o en el sótano de sus vecinos. Si proyectamos la imaginación hacia un futuro posible: ¿qué clase de monstruos turbará la mente de los futuros exploradores espaciales? No creo que estemos en condiciones razonables de poder anticiparlo. Quizás, incluso la misma idea de la exploración espacial sea monstruosa.En una serie anterior, recorrimos en 22 pasos un museo de monstruos ficticios. Esta vez nos toca aprender sobre los monstruos marinos que inquietaban a quienes se internaban en las profundidades del océano. Los marinos contemporáneos de Colón no pensaban, en contra de lo que se cree popularmente, que navegarían hasta dar con el borde exterior de la Tierra. Sin embargo, estaban atemorizados por lo que podrían encontrar durante sus viajes. Su concepción de la vida marina se alejaba bastante de la realidad y comprendía desde suposiciones poco exactas sobre el comportamiento de las especies conocidas hasta representaciones imaginarias de animales que podían existir.
Año: 1558.
Científico: Conrad Gesner.
Publicado por primera vez en: De Piscium & Aquatilium Animantum Natura.
Publicación actual: The Science of Describing de Brian W. Ogilvie.
Al contrario de lo que podríamos creer hoy, los naturalistas del Renacimiento descreían bastante de muchas de las descripciones e ilustraciones que encontraban. Gesner, sin embargo, como vivía de un pequeño salario en un país mediterráneo, estaba imposibilitado de ver con sus propios ojos la mayoría de las criaturas marinas. Debía confiar en el trabajo de otros, entre ellos un libro de Olaus Magnus sobre la Europa septentrional. De las criaturas marinas de Magnus, Gesner escribió: "Parece que representó muchas [criaturas marinas] según los cuentos de los marineros en vez de la vida [real]". No obstante, Gesner publicó este cuadro de una morsa. Pero tenía una gran reserva acerca del dibujo: "Los peces no tienen pies". Admitía que las aletas podían asemejarse a pies en algunos esqueletos grandes de peces, pero pensó que el artista se había tomado demasiadas libertades en ese dibujo (lo que es cierto). ¿Por qué Gesner pensó que la morsa era un pez? Los naturalistas del siglo XVI no sólo lidiaban con animales extraños sino también con sus propios métodos de clasificación.
Fuente: Strange Science (en inglés).
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