domingo, diciembre 28, 2008

Un museo de monstruos marinos ficticios (15)

Los europeos, desde la más remota antigüedad hasta bien pasado el Renacimiento, creían que había una gran variedad de bestias extrañas en el mundo, viviendo en los océanos, en los lejanos rincones del mundo o en el sótano de sus vecinos. Si proyectamos la imaginación hacia un futuro posible: ¿qué clase de monstruos turbará la mente de los futuros exploradores espaciales? No creo que estemos en condiciones razonables de poder anticiparlo. Quizás, incluso la misma idea de la exploración espacial sea monstruosa.

En una serie anterior, recorrimos en 22 pasos un museo de monstruos ficticios. Esta vez nos toca aprender sobre los monstruos marinos que inquietaban a quienes se internaban en las profundidades del océano. Los marinos contemporáneos de Colón no pensaban, en contra de lo que se cree popularmente, que navegarían hasta dar con el borde exterior de la Tierra. Sin embargo, estaban atemorizados por lo que podrían encontrar durante sus viajes. Su concepción de la vida marina se alejaba bastante de la realidad y comprendía desde suposiciones poco exactas sobre el comportamiento de las especies conocidas hasta representaciones imaginarias de animales que podían existir.

Año: 1558.
Científico: Conrad Gesner.
Publicado por primera vez en: De Piscium & Aquatilium Animantum Natura.
Publicación actual: Monsters of the Sea de Richard Ellis, Merchants and Marvels de Smith y Findlen (ed.), y "Foils and Fakes" de Suzanne Magnanini en Marvels & Tales Magazine.

Hércules luchó contra una hidra en la antigua mitología griega y, desde entonces, este animal imaginario ha tenido una pésima reputación. Por desgracia, la hidra tiene un pariente vivo, si se puede decir eso: el pulpo. Aún hoy persisten ideas falsas sobre el pulpo —también llamado el "pez del diablo"— y ha sido condenado a interpretar el papel de villano en más de una película de segunda categoría. Si bien en esta ilustración la hidra tiene sólo siete cabezas, a veces se afirmaba que tenía nueve y que dos nuevas cabezas aparecerían si una de ellas le era cortada. Esta representación de una hidra era típica de la época, esto es, un dibujo copiado de otro dibujo, tomado probablemente de una publicación sobre el Apocalipsis. Aunque Gesner publicó esta imagen, sin embargo era muy escéptico sobre la existencia de la criatura.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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