domingo, abril 05, 2009

Nueve términos que llegaron a la ciencia desde la ciencia ficción

Un lista de nueve términos utilizados ampliamente en la ciencia pero que, para sorpresa de muchos, se originaron en la ciencia ficción —el orden de los ítems no indica importancia—:
  1. Robótica: Es probable que este término sea el más conocido de los nueve, ya que Isaac Asimov es famoso, entre muchas otras cosas, por las tres leyes de la robótica. Aún así el término está incluido en la lista porque es uno de los pocos casos en que el nombre de una ciencia real fue elaborado en un cuento de ciencia ficción —"¡Embustero!" o "Liar!", de 1941 (descargar)—. Asimov también propuso el nombre de la profesión relacionada —roboticist, el que podría traducirse por roboticista, sin uso en castellano— y el adjetivo robotic, que en castellano es igual al término principal. (En la imagen, una ilustración de un cerebro positrónico, aún no inventado.)

  2. Ingeniería genética: La otra ciencia que recibió su nombre de una historia de ciencia ficción, en este caso de "Dragon's Island", una novela de Jack Williamson, la que también se publicó en el mismo año que "¡Embustero!" En cambio ingeniero en genética o genetic engineer demoró algunos años en usarse y el innovador fue Poul Anderson.

  3. Gravedad cero: Una característica que define a la vida en el espacio exterior —y en la ausencia de gravedad artificial, por supuesto—. El primero en usar gravedad cero fue Jack Binder —más conocido por su trabajo artístico— en 1938 y, en realidad, se refería al estado de ausencia de gravedad en el centro del núcleo terrestre. Arthur C. Clarke innovó con zero-g, una abreviatura del anterior, en "Islands in the Sky", una novela escrita en 1952.

  4. Espacio profundo: Otra de las características definitorias del espacio exterior es el vacío casi total. Con espacio profundo en la ciencia ficción se hace referencia al espacio vacío entre las estrellas o al espacio muy alejado del mundo natal. Es probable que E. E. "Doc" Smith haya propuesto esta frase en 1934. En cambio en la ciencia se utiliza este término para referirse al espacio más allá de la atmósfera terrestre.

  5. Motor de propulsión iónica: La propulsión iónica es una clase de motor para naves espaciales que genera impulso al emitir partículas cargadas en la dirección opuesta de marcha. Otra vez fue Jack Williamson —en "The Equalizer", de 1947— el primero en usar este término. A partir de la década de los '70, varias naves espaciales emplearon la mencionada tecnología.

  6. Traje presurizado: Es un traje que mantiene una presión estable alrededor de su ocupante, algo muy útil tanto en la exploración espacial como en los vuelos a gran altura. Este término se originó también en la fértil mente de E. E. Smith. Curiosamente sus trajes de presurización eran de piel, una innovación que no fue adoptada por la NASA.

  7. Virus informático: Al parecer Dave Gerrold —conocido por "The Trouble With Tribbles"— fue el primero en establecer la analogía verbal entre los virus biológicos y los programas informáticos auto-replicantes. Lo hizo en "When Harlie Was One", de 1972.

  8. Gusano: Otra clase de programa informático que se copia a sí mismo. John Brunner lo llamó así en "Shockwave Rider", una novela escrita en 1975.

  9. Gigante gaseoso: Una planeta de gran tamaño, como Júpiter o Neptuno, que se compone en su mayor parte de gas. El primer uso conocido de este término se encuentra en "Solar Plexus", un cuento de James Blish. Lo extraño del caso es que se menciona el término en una reimpresión del cuento, publicada once años después de la primera publicación. Se desconoce si eso fue porque Blish concibió el término en los años que median entre las dos publicaciones —o lo leyó en algún otro lado—, o si figurando en el manuscrito original fue cambiado por otro en el proceso de edición.

Fuente: OUPblog (en inglés), vía Menéame. Crédito de la imagen.

¿Se dieron cuenta que los nueve términos fueron propuestos hace más de treinta años? Tomando en cuenta el gran desarrollo científico y tecnológico de las últimas décadas y la ausencia de nuevos términos, ¿habrá perdido la ciencia ficción la capacidad de anticipación?