martes, marzo 04, 2008

Planetas hipotéticos (cont.)

Otra historia —ver esta entrada para más información sobre los planetas hipotéticos y nota original—, esta vez la de la luna de Mercurio:
El 27 de marzo de 1974, dos días antes del vuelo de la Mariner X por Mercurio, un instrumento comenzó a registrar emisiones brillantes en el ultravioleta (UV) extremo que no debían estar ahí. Al día siguiente habían desaparecido. Tres días después reaparecieron y el objeto parecía separarse de Mercurio. Al principio los astrónomos pensaron que habían visto una estrella. Pero habían detectado las emisiones en dos direcciones muy diferentes y cualquier astrónomo sabe que las ondas del UV extremo no pueden penetrar grandes distancias en el medio interestelar, lo cual sugería que el objeto debía estar cerca. ¿Tendría Mercurio una luna?

Luego de un día agitado, durante el cual se calculó que el objeto se movía a 4 km/s, una velocidad compatible con la de una luna, se avisó a los directores del JPL —Jet Propulsion Laboratory o Laboratorio de Propulsión a Chorro, una división de la NASA—. Estos decidieron entregar todo tiempo disponible de la nave al equipo UV y todos comenzaron a preocuparse por una conferencia de prensa programada para unas horas más tarde de ese mismo sábado. ¿Debía anunciarse la supuesta luna? Pero la prensa ya estaba enterada. Algunos medios —los más grandes y respetables— publicaron la noticia de forma correcta; muchos otros inventaron historias espectaculares sobre la nueva luna de Mercurio.

¿Y qué pasó con la luna? Se fue alejando directamente de Mercurio y finalmente fue identificada como una estrella caliente, 31 Crateris. Permanece siendo un misterio el origen de las emisiones observadas en el acercamiento de la Mariner X al planeta. Así terminó la historia de la luna de Mercurio pero, al mismo tiempo, se abrió un nuevo capítulo en la astronomía: se descubrió que el medio interestelar no absorbía tan completamente el UV extremo como se creía. Ya la nebulosa de Gum [a unos mil años luz de distancia, entre las constelaciones de Vela y Puppis] resultaba ser una vigorosa emisora en el UV extremo y se extiende por 140° del cielo nocturno a 540 angstroms. Los astrónomos habían descubierto una nueva ventana por donde observar el cielo.
Quizás el tema más importante aquí es el que ilustra la ocurrencia de una revolución científica según el debilitado y difuso sentido del último Kuhn: el descubrimiento de una anomalía en la teoría vigente —la emisión brillante que no debía estar ahí— lleva a una crisis —si es que hubo una— que se resuelve con la creación de una nueva especialidad científica.

Entradas relacionadas: Planetas hipotéticos (Vulcano), Primera cita de la MESSENGER con Mercurio y entradas siguientes.

1 Sofismas:

El mié mar 05, 11:35:00 p.m. 2008, Blogger virlise escribió...

si que fue.. y creo que sigue siendo, un paradigma.

interesante.

 

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