lunes, marzo 03, 2008

Planetas hipotéticos

A partir de la invención del telescopio, los astrónomos cada tanto han postulado la existencia de algunos objetos que luego se desvanecieron en las profundidades del espacio. Es un fenómeno similar a un falso avistamiento.

En Nine Planets listan estas ocurrencias y cuentan la historia que hay detrás de cada uno de ellos:
  • Vulcano, el planeta intramercuriano, 1860-1916, 1971.
  • La luna de Mercurio, 1974.
  • Neith, la luna de Venus, 1672-1892.
  • La segunda luna de la Tierra, 1846-presente.
  • Las lunas de Marte, 1610, 1643, 1727, 1747, 1750, 1877-presente.
  • La 14va. luna de Júpiter, 1975-1980.
  • La novena y décima lunas de Saturno, 1861, 1905-1960, 1966-1980.
  • Las seis lunas de Urano, 1787.
  • El Planeta X o décimo planeta, 1841-1992.
  • Némesis, la estrella doble del Sol, 1983-presente.
En algunos casos, por ejemplo, la 14va. luna de Júpiter, se da la extraña situación de que en la actualidad ese nombre refiere a un cuerpo existente, ya que Júpiter tiene muchísimas más que catorce lunas. Esto se explica porque en el momento en que se usó por primera vez el nombre, su referencia, el pretendido cuerpo celeste al cual se nombraba, o fue sólo el resultado de una confusión —por ejemplo, con una estrella— o no fue posible confirmar la observación.

Veamos la historia de las lunas de Marte:
El primero en conjeturar que Marte tenía lunas fue Johannes Kepler en 1610. Cuando intentaba resolver el anagrama de Galileo referido a los anillos de Saturno, Kepler equivocadamente pensó que Galileo le había encontrado lunas a Marte.

En 1643, el monje capuchino Anton Maria Shyrl anunció que en verdad había visto las lunas de Marte. Hoy sabemos que eso era imposible con los telescopios de aquella época —es probable que Shyrl fuera engañado por una estrella visualmente cercana a Marte—.

En 1727, Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver escribió acerca de dos pequeñas lunas orbitando Marte, conocidas de los astrónomos laputianos, siendo los períodos de revolución de 10 h y 21,5 h. En 1750, estas lunas fueron adoptadas por Voltaire en su novela Micromegas, la historia de un gigante de Sirio que visita nuestro sistema solar.

En 1747, un capitán alemán, Kindermann, anunció que había visto la luna —sólo una— de Marte, el 10 de julio de 1744. Kindermann informó que el período orbital de esta luna marciana era de 59h 50m y 6s. ¡Qué habrá visto!

En 1877, Asaph Hall por fin descubrió Phobos y Deimos, las dos pequeñas lunas de Marte. Sus períodos orbitales son de 7h 39m y 30h 18m, bastante cerca de los períodos que Jonathan Swift conjeturó 150 años antes.
No se pierdan las otras historias: algunas son un poco largas pero siempre son interesantes e informativas, además están en un inglés bastante sencillo de entender.

Vía Neatorama(enlaces en inglés). El autor de la nota original es Paul Schlyter. Imagen original: Glyphweb.

2 Sofismas:

El mié mar 05, 11:30:00 p.m. 2008, Blogger virlise escribió...

pues Alf tenìa razón! :p
perdón... me acordé..

siempre me gustó la astronomía,
lo cual es un campo pendiente a estudiar algún dia.

mmm.. y por peresoza me perdí el eclipse lunar.. :-/

 
El mar mar 11, 01:23:00 a.m. 2008, Blogger el sofista escribió...

Yo también me perdí algunos eclipses por uno u otro motivo, pero luego me pasó de querer ver uno y no poder hacerlo a causa del mal tiempo. Eso me decidió a intentar observar todo lo que se brinde, ya que bastantes se perderán por el clima.

Los eclipses que me vienen esquivando son los de Sol —todos parciales, por supuesto, recién habrá uno total en Buenos Aires a principios del s. XXII, pero a ese no llego.

 

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