El Sofista

Ideas para organizar una biblioteca por color

En Treinta diseños de bibliotecas muy creativos mencionaba, como punto interesante —pero hasta ahí, sin tomármelo demasiado en serio— la posibilidad de ordenar una estantería o biblioteca por el color del lomo de los libros. Aquí hay un ejemplo:


Y parece que la idea tiene sus seguidores porque en Color Lovers (en inglés) publican varias fotos para ilustrar distintas formas de decorar un ambiente con libros. Los motivos más populares son, según las fotografías, el efecto arco-iris (en la imagen) o por gamas de colores, como en este otro ejemplo:


A mí la idea no me simpatiza. Tampoco me es práctica, aunque más no sea por una cuestión de espacio. Además creo que nunca se me ocurriría comprar un libro porque el color de la tapa armoniza con los que están colocados en un determinado estante de la biblioteca. No es que me resulte indiferente una tapa, pero compro un libro porque me importa más —mucho más— el contenido que su envoltura protectora.

¿Pero cómo organizo mis libros? Cuando encaré el asunto seguí un criterio práctico, porque cuando se tienen unos cuantos libros lo importante es encontrarlos y rápido. Y claro, no iba a hacer catálogos, a fin de evitar caídas imprevistas en alguna paradoja russelliana.

En casa hay varias bibliotecas en distintos ambientes y fui ubicando los libros en estantes por temáticas más o menos afines. Luego ordené por colección o por importancia, de manera de tener a mano los más consultados. Pero nunca seguí un orden alfabético. Según el espacio disponible los libros están parados en los estantes o apilados —a estos últimos los consulto poco—.

Sin embargo, a veces el orden se complica. Tuve que usar otros criterios para ordenar los libros de filosofía que no pertenecieran a una colección: los ordené por las cuatro edades históricas, vieja herencia de la facultad. Así, los libros de filosofía antigua están juntos pero a su vez divididos en tres grandes grupos: Presocráticos, Platón y Aristóteles. Los libros de comentadores pertenecen al grupo del filósofo tratado, excepto las historias generales de filosofía que, aunque se dividan en volúmenes por edades históricas, están todas juntas en otro sector.

En el único caso en que los colores de las tapas me sirven para algo es para identificar colecciones, cuyos nombres me olvide hace rato. Más de una vez pude ubicar un autor o un libro cuando me acuerdo del color de la tapa, que me orienta hacia una determinada biblioteca.

escrito por el sofista @ martes, marzo 04, 2008