El Triángulo de Pickering en la nebulosa del Velo
De aspecto caótico, estos filamentos de gases convulsionados y resplandecientes, visibles en el cielo terrestre en dirección de la constelación del Cisne, forman parte de la nebulosa del Velo (clic en la imagen para ampliarla a 1024 x 905 píxeles o verla aún más grande).
Considerada en conjunto, la nebulosa del Velo es el enorme remanente de una supernova (*), es decir, una nube en expansión originada por la muerte explosiva de una estrella masiva.
La luz de la explosión de la supernova original probablemente llegó a la Tierra hace más de 5 000 años. Expulsadas violentamente por el cataclismo, las ondas de choque se propagaron por el medio interestelar barriendo e ionizando toda la materia que encontró a su paso.
Es conveniente tomar en cuenta que los filamentos se parecen más a las ondas que se forman en la superficie de un estanque cuando cae una piedra, pero vistos desde una de las márgenes. Además, el resplandor de los filamentos ha sido muy bien separado en los distintos brillos que lo componen: la ionización del hidrógeno en tonos rojos, la de los átomos de azufre en verde y, finalmente, la del oxígeno en azul.
La nebulosa del Velo (en la imagen de la derecha), también conocida como el Lazo del Cisne o Cygnus Loop, se extiende actualmente sobre un campo aparente de 3 grados, o sea, unas 6 veces el disco de la Luna Llena. Aunque esa extensión equivale a un diámetro de más de 70 años-luz a la distancia estimada de 1 500 años-luz, la imagen de hoy sólo cubre un tercio del campo mencionado.
Tradicionalmente el complejo de filamentos, catalogado como NGC 6979, ha sido conocido como el Triángulo de Pickering, en homenaje a uno de los directores del Observatorio de Harvard. No obstante, quizá sería más justo que se lo identifique como la Voluta Triangular de Williamina Fleming, pues ella fue quien en verdad descubrió el objeto celeste en una placa fotográfica.
El remanente de una explosión cósmica. Esta detallada imagen de un pequeño sector de la enorme Nebulosa del Velo, tomada por el Telescopio Espacial Hubble en los años '90, presenta un primer plano de la estructura fina resultante de la explosión de supernova (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 17 de septiembre de 2015. Esta página ofrece todos los días una imagen, fotografía o video del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la imagen y derechos de autor: J-P Metsävainio (Astro Anarchy).
(*) Supernovas y remanentes de supernovas
Aproximadamente cada 50 años una estrella masiva de nuestra galaxia vuela en pedazos en una explosión de supernova (ver videos y animaciones). Las supernovas son uno de los acontecimientos más violentos del universo y la fuerza de la explosión genera un destello cegador de radiación y ondas expansivas similares a un estampido.
Inicialmente se había clasificado a las supernovas de acuerdo con sus propiedades ópticas. Las supernovas del Tipo II muestran pruebas evidentes de hidrógeno en los desechos en expansión eyectados en la explosión, algo que no ocurre con las supernovas del tipo Ia. Investigaciones recientes permitieron refinar dichos tipos y, en consecuencia, se propuso una clasificación que tomara en cuenta los tipos de estrellas que dan lugar a las supernovas. Una explosión del Tipo II, así como las de Tipo Ib y Tipo Ic, se producen por el colapso catastrófico del núcleo de una estrella masiva. Una supernova del Tipo Ia ocurre por una súbita explosión termonuclear que desintegra una estrella enana blanca.
Las supernovas del Tipo II se producen en regiones con muchas estrellas jóvenes y brillantes, tales como los brazos espirales de las galaxias. Al parecer no ocurren en las galaxias elípticas, cuya población dominante está compuesta por estrellas antiguas de poca masa. Puesto que las estrellas jóvenes y brillantes son típicamente estrellas con una masa 10 veces más grande que la del Sol, esta prueba, entre otras, permite concluir que las estrellas masivas producen las supernovas del Tipo II.
Algunas supernovas del Tipo I comparten numerosas características con las supernovas del Tipo II. Tales supernovas, clasificadas como Tipo Ib y Tipo Ic, se diferencian al parecer de las del Tipo II porque han perdido su envoltura externa de hidrógeno antes de la explosión. La envoltura de hidrógeno pudo haberse perdido debido a una vigorosa emisión de materia anterior a la explosión o porque fue arrancada por una estrella acompañante. Más información (en inglés).
Nota: Síganme en Twitter (@astrosofista) para saber más sobre el universo y mi mundo. Desde que comencé a tuitear hace ocho equinoccios, unos 45 mil tweets ilustran y amplían las más de 4200 entradas publicadas en el blog desde su inicio, en mayo de 2004. ¿Qué esperan para unirse a esta gran conversación? Ya somos más de tres mil.
0 Sofismas:
Publicar un comentario
<< Home