martes, julio 01, 2014

La estrella WR 124 es una máquina de viento estelar


Algunas estrellas explotan en cámara lenta (clic en la imagen para ampliarla a 960 x 800 píxeles o verla aún más grande).

Las estrellas de Wolf-Rayet son poco frecuentes pero muy masivas. Llegan a ser tan tumultuosas y calientes que se desintegran lentamente ante nuestros telescopios.

Vientos estelares sumamente violentos (en la imagen de la derecha) expulsan glóbulos de gas resplandeciente, cada uno de los cuales tiene más de 30 veces la masa de la Tierra.

La estrella de Wolf-Rayet WR 124 se distingue cerca del centro de la imagen mostrada arriba. Cubre un campo de seis años-luz (*) de diámetro y genera, por el mecanismo explicado, la nebulosa circundante, conocida como M1-67.

Los investigadores todavía están tratando de comprender la razón exacta por la cual esta estrella ha estado autodesintegrándose lentamente durante los últimos 20 mil años.

WR 124 se encuentra a 15 mil años-luz de distancia en dirección de la constelación de la Flecha (Sagita en latín).

Es muy probable que el destino de cualquier estrella de Wolf-Rayet dependa de su masa inicial. No obstante, los investigadores piensan que terminan sus vidas con explosiones espectaculares, tales como supernovas o estallidos de rayos gamma (en la siguiente imagen).

WR 104 y la posible amenaza a la Tierra. ¿Podría ser que este molinete enorme nos destruya algún día? Es muy probable que nunca llegue ese día. Sin embargo, los investigadores que estudiaban el extraño sistema estelar conocido como Wolf-Rayet 104 descubrieron una amenaza inesperada. El insólito patrón de molinete se debe a la acción de vientos energéticos de gas y polvo que se entrelazan luego de ser expelidos por dos estrellas masivas que giran una alrededor de la otra. Uno de los componente del sistema es una estrella Wolf-Rayet, es decir, un orbe tumultuoso en la última etapa evolutiva antes de estallar como supernova, lo que podría ocurrir en cualquier momento de los próximos millones de años. La investigación del patrón del polvo emitido determinó, además, que observamos la espiral casi directamente por el veloz eje de rotación del sistema. Se trata, muy posiblemente, del mismo eje por el cual podría emerger un potente chorro si la supernova es acompañada por un estallido de rayos gamma. Si la Tierra se encontrara realmente cerca del centro del potente haz de rayos gamma, entonces ni la enorme distancia que nos separa de la explosión, unos 8 mil años-luz, podría ser suficiente para protegernos (clic en la imagen para ampliarla). Leer la entrada completa.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 1° de julio de 2014. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la imagen: Hubble Legacy Archive, NASA, ESA; tratamiento de la imagen y licencia: Judy Schmidt.

(*) Acerca de las distancias cósmicas

Las distancias en astronomía se miden en unidades de años-luz, donde un año-luz es la distancia que la luz recorre en un año: 10 billones de kilómetros. Sin embargo, por razones históricas relacionadas con la medición de la distancia a las estrellas cercanas, los astrónomos profesionales usan la unidad conocida como pársec, siendo un pársec igual a 3,26 años-luz.

Los astrónomos calculan la distancia a las galaxias remotas —aquellas que están más allá de los 20 millones de años-luz— con la ley de Hubble. Según esta ley, el universo se expande de forma tal que las galaxias distantes se alejan entre sí a una velocidad proporcional a su distancia. La recesión, como se denomina este fenómeno, causa que la radiación de una galaxia se desplace hacia longitudes de onda más largas, un efecto conocido como el desplazamiento al rojo o redshift. A partir de la medición del desplazamiento al rojo y la constante de proporcionalidad, denominada constante de Hubble, los astrónomos pueden determinar la distancia a una galaxia.

Uno de los problemas centrales de la astronomía moderna es determinar con la mayor precisión posible la constante de Hubble, o sea, la medición de la tasa de expansión del universo. En la actualidad la constante ha podido medirse con una precisión de un 20 por ciento, por lo que las distancias medidas suelen modificarse diciendo, por ejemplo, "alrededor de 100 millones de años-luz". En particular, el equipo del Observatorio Espacial Chandra asume para sus publicaciones un valor de la constante de Hubble que corresponde a una velocidad de recesión de 600 kilómetros por segundo para una fuente a una distancia de 30 millones de años-luz o 10 millones de pársecs (H0 = 60 km/s/Mpc).

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