Formación estelar en el Muro del Cisne
La Nebulosa Norteamérica puede hacer en el cielo lo que el continente Norteamérica no puede hacer en la Tierra: formar estrellas (clic en la imagen para ampliarla a 960 x 720 píxeles o verla aún más grande).
En particular —y para continuar la analogía con el continente terrestre—, la región brillante que recuerda la forma de Centroamérica y México (ver la imagen al pie de la entrada) es, en realidad, un envoltorio de gas caliente, polvo y estrellas recién formadas, conocido como el Muro del Cisne o Cygnus Wall.
La imagen mostrada arriba presenta el muro de formación estelar no sólo iluminado y erosionado (en la imagen de la derecha) por estrellas jóvenes y brillantes, sino también parcialmente cubierto por el polvo oscuro que éstas crearon.
La región de la Nebulosa Norteamérica (NGC 7000) mostrada en la imagen de más arriba cubre una región de unos 15 años-luz (*) y se encuentra aproximadamente a 1500 años-luz de la Tierra, en la constelación del Cisne (Cygnus en latín).
El cambiante aspecto de la Nebulosa Norteamérica. Esta imagen muestra cómo cambia la apariencia de una nebulosa, en este caso NGC 7000, al ser observada en distintas combinaciones de radiación óptica e infrarroja. Arriba a la izquierda se muestra una imagen en luz visible, de gran parecido con el continente norteamericano, en particular con la costa marítima este y el Golfo de México. La región a su derecha se conoce como la Nebulosa del Pelícano. La vista superior derecha incluye observaciones en radiación óptica e infrarroja: el gas caliente se representa ahora en vívidos tonos azules, mientras que los colores rojos muestran la luz infrarroja. Además, el polvo oscuro comienza a brillar en la toma del infrarrojo. Las dos imágenes inferiores sólo comprenden datos infrarrojos obtenidos por diferentes cámaras, correspondiendo la imagen inferior derecha a longitudes más largas. Las cuatro imágenes son diferentes por dos razones. En primer lugar, porque la luz infrarroja puede atravesar el polvo, algo imposible para la luz visible. De esta manera, las nubes oscuras de la imagen visible se hacen transparentes en la visión del Spitzer. En segundo lugar, los detectores infrarrojos del Spitzer pueden captar el resplandor de los capullos polvorientos que envuelven a las estrellas en formación (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 22 de enero de 2013. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito y copyright: Nick Pavelchak.
(*) Acerca de las distancias cósmicas
Las distancias en astronomía se miden en unidades de años-luz, donde un año-luz es la distancia que la luz recorre en un año: 10 billones de kilómetros. Sin embargo, por razones históricas relacionadas con la medición de la distancia a las estrellas cercanas, los astrónomos profesionales usan la unidad conocida como pársec, siendo un pársec igual a 3,26 años-luz.
Los astrónomos calculan la distancia a las galaxias remotas —aquellas que están más allá de los 20 millones de años-luz— con la ley de Hubble. Según esta ley, el universo se expande de forma tal que las galaxias distantes se alejan entre sí a una velocidad proporcional a su distancia. La recesión, como se denomina este fenómeno, causa que la radiación de una galaxia se desplace hacia longitudes de onda más largas, un efecto conocido como el desplazamiento al rojo o redshift. A partir de la medición del corrimiento al rojo y la constante de proporcionalidad, denominada constante de Hubble, los astrónomos pueden determinar la distancia a una galaxia.
Uno de los problemas centrales de la astronomía moderna es determinar con la mayor precisión posible la constante de Hubble, o sea, la medición de la tasa de expansión del universo. En la actualidad la constante ha podido medirse con una precisión de un 20 por ciento, por lo que las distancias medidas suelen modificarse diciendo, por ejemplo, "alrededor de 100 millones de años-luz". En particular, el equipo del Observatorio Espacial Chandra asume para sus publicaciones un valor de la constante de Hubble que corresponde a una velocidad de recesión de 600 kilómetros por segundo para una fuente a una distancia de 30 millones de años-luz o 10 millones de pársecs (H0 = 60 km/s/Mpc).
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1 Sofismas:
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