A la pesca de los neutrinos cósmicos
Los científicos han estado cavando agujeros en las proximidades del Polo Sur (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 675 píxeles o verla aún más grande).
Pero si bien lo han hecho como lo haría un pescador esquimal (*) —derritiendo el hielo— no lo hicieron por las mismas razones, sino que utilizan los casi 100 pozos excavados como observatorios astronómicos. Una vez abierto el pozo, los astrónomos del Observatorio de Neutrinos IceCube hicieron descender al fondo de cada agujero una larga cadena formada por detectores de luz del tamaño de una pelota de baloncesto.
El agua rápidamente se recongeló en cada agujero. Ahora bien, los sensores ópticos de esta cadena (en la imagen de la derecha) sólo son sensibles a la luz azul emitida por el hielo transparente que los rodea. Y la teoría sostiene que esa clase de luz es el resultado de la colisión de neutrinos de alta energía emitidos por objetos o explosiones ocurridas en el espacio exterior con el hielo.
La fotografía mostrada más arriba fue tomada a finales de 2010, cuando la última de las 86 cadenas del IceCube descendió a los abismos congelados, finalizando de esta manera con la construcción del detector de neutrinos más grande del mundo.
Los datos obtenidos por un experimento preliminar, denominado AMANDA, ya permitieron confeccionar el primer mapa detallado del cielo correspondiente a los neutrinos de alta energía.
Los objetivos experimentales del IceCube comprenden la búsqueda de fuentes cósmicas de neutrinos, la búsqueda de neutrinos que coincidan tanto con supernovas (ver la siguiente imagen) como con estallidos de rayos gamma y, si la suerte es propicia, avanzar con la investigación de conceptos físicos exóticos como dimensiones espaciales desconocidas y el desplazamiento a velocidades superiores a la de la luz.
Señales de un universo extraño. En 1998 se presentaron los primeros resultados que señalaban que la mayor parte de la energía de nuestro universo no se encontraría dentro de las estrellas o galaxias, sino que estaría vinculada con la trama misma del espacio. Expresado en el lenguaje de los cosmólogos, es necesario postular la existencia de una constante cosmológica fundamental que explique las nuevas observaciones de supernovas alejadas. Durante más de diez años, equipos independientes de astrónomos han estado acumulando datos que parecen confirmar la existencia de la energía oscura y el problemático resultado de un universo que está actualmente acelerando su expansión. En 1994 una de las mencionadas colaboraciones obtuvo esta imagen, una supernova ocurrida en las afueras de una galaxia espiral (clic en la imagen para ampliarla). Leer la entrada completa.
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 13 de febrero de 2011. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: NSF / B. Gudbjartsson, IceCube Collaboration.
(*) Ya sé que no hay esquimales en la Antártida, pero acéptenme por un momento esta licencia geográfica.
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