Un museo de monstruos marinos ficticios (19)
Los europeos, desde la más remota antigüedad hasta bien pasado el Renacimiento, creían que había una gran variedad de bestias extrañas en el mundo, viviendo en los océanos, en los lejanos rincones del mundo o en el sótano de sus vecinos. Si proyectamos la imaginación hacia un futuro posible: ¿qué clase de monstruos turbará la mente de los futuros exploradores espaciales? No creo que estemos en condiciones razonables de poder anticiparlo. Quizás, incluso la misma idea de la exploración espacial sea monstruosa.En una serie anterior, recorrimos en 22 pasos un museo de monstruos ficticios. Esta vez nos toca aprender sobre los monstruos marinos que inquietaban a quienes se internaban en las profundidades del océano. Los marinos contemporáneos de Colón no pensaban, en contra de lo que se cree popularmente, que navegarían hasta dar con el borde exterior de la Tierra. Sin embargo, estaban atemorizados por lo que podrían encontrar durante sus viajes. Su concepción de la vida marina se alejaba bastante de la realidad y comprendía desde suposiciones poco exactas sobre el comportamiento de las especies conocidas hasta representaciones imaginarias de animales que podían existir.
Año: 1758.
Científico: Albertus Seba.
Artista: J. Fortuÿn (coloración).
Publicado por primera vez en: Thesaurus.
Publicación actual: "A Diverse and Marvelous Collection", de Müsch, Willmann y Rust en Natural History Magazine, de Abril de 2002, y A Cabinet of Natural Curiosities, de Albertus Seba.
La mayor parte del trabajo de Seba era más realista que la hidra. Si bien algunas de las bestias mitológicas persistieron durante los siglos XVII y XVIII, los científicos comenzaron a reemplazar las observaciones superficiales del mundo natural con estudios más detallados y cuidadosos. Entre esas nuevas observaciones se cuenta esta representación de una jibia, un pariente del pulpo.
Fuente: Strange Science (en inglés).
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