viernes, enero 02, 2009

Un museo de monstruos marinos ficticios (20)

Los europeos, desde la más remota antigüedad hasta bien pasado el Renacimiento, creían que había una gran variedad de bestias extrañas en el mundo, viviendo en los océanos, en los lejanos rincones del mundo o en el sótano de sus vecinos. Si proyectamos la imaginación hacia un futuro posible: ¿qué clase de monstruos turbará la mente de los futuros exploradores espaciales? No creo que estemos en condiciones razonables de poder anticiparlo. Quizás, incluso la misma idea de la exploración espacial sea monstruosa.

En una serie anterior, recorrimos en 22 pasos un museo de monstruos ficticios. Esta vez nos toca aprender sobre los monstruos marinos que inquietaban a quienes se internaban en las profundidades del océano. Los marinos contemporáneos de Colón no pensaban, en contra de lo que se cree popularmente, que navegarían hasta dar con el borde exterior de la Tierra. Sin embargo, estaban atemorizados por lo que podrían encontrar durante sus viajes. Su concepción de la vida marina se alejaba bastante de la realidad y comprendía desde suposiciones poco exactas sobre el comportamiento de las especies conocidas hasta representaciones imaginarias de animales que podían existir.

Año: 1758.
Científico: Albertus Seba.
Artista: J. Fortuÿn (coloración).
Publicado por primera vez en: Thesaurus.
Publicación actual: Natural Curiosities from the Cabinet of Albertus Seba, de Albertus Seba.

Este cuadro no muestra ningún error importante, sólo diferencias entre el siglo XVIII y el presente. La mayor parte de los caparazones son dextrógiros, esto es, si se toma el caparazón de forma que el capitel esté hacia arriba y la abertura de frente, ésta se encontrará, por lo general, sobre la derecha. En estos caparazones la abertura está sobre la izquierda. Seba no dio vuelta accidentalmente todos los caparazones, por cuanto las imágenes en espejo son una consecuencia de las técnicas de impresion de la época. Probablemente llama más la atención la representación artística. Esta disposición circular en realidad formaba parte de una vistosa página de moluscos. En la época de Seba la línea entre ciencia y arte era bastante borrosa pero podría decirse que esto hizo que la ciencia fuese más entretenida.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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