martes, agosto 30, 2016

Auroras polares y el evento Carrington


Admiren la belleza pero ténganle miedo a la bestia (clic en la imagen para ampliarla a 960 x 1437 píxeles o verla aún más grande).

La belleza es la aurora polar de arriba, que aquí toma la forma de una gran espiral verde vista entre nubes pintorescas, con la Luna brillante a un lado y las estrellas en el fondo. La bestia es la onda de partículas cargadas que da lugar a la formación de una aurora polar pero que un día, quizá, podría afectar a nuestra civilización.

Exactamente esta misma semana de 1859, luego de notables auroras vistas en gran parte del mundo, un pulso de partículas cargadas procedentes de una eyección de masa coronal (CME) asociada con una fulguración solar impactó la magnetosfera de la Tierra con una fuerza tan descomunal que creó el evento Carrington.

Una CME (en la imagen de la derecha) inmediatamente anterior podría haber preparado un trayecto relativamente directo entre el Sol y la Tierra. Lo que es seguro es que el evento Carrington comprimió el campo magnético de la Tierra con tanta violencia que provocó la formación de potentes corrientes eléctricas en los hilos telegráficos. Tan grandes fueron las corrientes que saltaban chispas de los hilos y provocaron descargas eléctricas a los operadores del telégrafo.

No es difícil imaginar que si un evento de la clase Carrington impactara hoy la Tierra, el daño que podría causar a las redes eléctricas y electrónicas globales tendría una escala sin precedentes.

La aurora de la imagen de arriba se registró la semana pasada sobre el lago Thingvallavatn, un lago de Islandia que llena en parte una falla que divide las grandes placas tectónicas de Eurasia y América del Norte.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 30 de agosto de 2016. Esta página ofrece todos los días una imagen, fotografía o video del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la imagen y derechos de autor: Juan Carlos Casado (TWAN, Earth and Stars).

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