Los brazos de Messier 106
Los brazos espirales de la brillante galaxia M106 se extienden a lo largo de la diagonal de este notable retrato, compuesto por datos obtenidos desde la Tierra y en el espacio (clic en la imagen para ampliarla a 900 x 761 píxeles o verla aún más grande).
M106, también conocida como NGC 4258, se encuentra en la constelación septentrional de los Perros de Caza (Canes Venatici en latín), a unos 23,5 millones de años-luz. Por cuanto esta distancia se ha medido con gran precisión, se infiere que la escena cósmica mostrada arriba alcanza los 80 mil años-luz de anchura.
Como es de esperar en las grandes galaxias espirales, numerosas bandas de polvo, jóvenes cúmulos de estrellas azules y brillantes regiones rosadas de formación estelar se encuentran dispersas por los brazos espirales (en la imagen de la derecha), los que convergen en el resplandeciente núcleo constituido por estrellas más antiguas y de tonos amarillentos.
Pero la detallada composición también revela algo menos habitual: dos brazos anómalos que no se alínean con los otros (ver la imagen al pie de la entrada).
Representados en tonalidades rojizas, estos filamentos de gas de hidrógeno resplandeciente parecen surgir de la región central de M106, una prueba de que potentes chorros de materia estallan en el disco galáctico. Casi con seguridad los chorros están impulsados por la materia que cae hacia un agujero negro masivo situado en el centro de la galaxia.
Los brazos anómalos de NGC 4258. Los matices amarillos y rojos de esta imagen compuesta ponen de relieve los brazos espirales de M106 tal como irradian en visible y en infrarrojo. Pero las emisiones en radio y rayos X —en azul y púrpura— revelan por su parte otros dos brazos espirales, los cuales están desprovistos de los componentes habituales de estas estructuras, es decir, de estrellas, gas y polvo. De hecho, el análisis de las emisiones de radio y rayos X indica que estos brazos anómalos se componen de materia calentada por ondas de choque. Detectados en longitudes de ondas de radio, hay potentes chorros que tienen su origen en el núcleo galáctico y son la causa probable de la propagación de estas ondas de choque a través del disco de NGC 4258 (clic en la imagen para ampliarla). Más información (en inglés).
Vía Foto astronómica del día correspondiente al 6 de febrero de 2013. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito: datos de la imagen Hubble Legacy Archive, Robert Gendler, Jay GaBany; tratamiento de la imagen: Robert Gendler.
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2 Sofismas:
¿Se puden hacer dos imagenes, con diferente punto de vista (angulo de perpestiva) a una galaxia, desde la Tierra?.
¿Si el centro tiene un agujero negro, se pueden escapar campos magneticos y radiaccion x u otras?-
No, siempre tenemos la misma perspectiva de una galaxia. Aun cuando se la observe desde puntos extremos de la órbita terrestre —es decir, puntos separados por 300 millones de kilómetros—, el diámetro de la orbita terrestre es insignificante en comparación con la distancia a la que se encuentran las galaxias. Por ejemplo, la Gran Nube de Magallanes (LMC), una galaxia muy cercana, está a unos 160.000 años-luz de nosotros. Cada AL equivale aproximadamente a 10 billones de km, de modo que la órbita terrestre cabe unas 33 mil veces en un AL. Y esto hay que multiplicarlo por 160.000, la distancia de LMC. No hay forma de "darle la vuelta" a una galaxia desde la Tierra.
En la entrada se habla de unos de chorros de materia, pero éstos no se originan en el agujero negro propiamente dicho sino en la zona interior del disco de acreción, la parte que está en contacto con el horizonte de sucesos, es decir, con la "frontera" del agujero negro. Allí la materia que cae hacia el agujero negro es calentada y comprimida de forma tal que parte de ella sale expulsada a gran velocidad y en direcciones opuestas a lo largo del eje de rotación del agujero negro. Yendo a tu pregunta, en la versión relativista los agujeros negros no emiten radiación alguna. En cambio, en la interpretación cuántica se produce un fenómeno conocido como radiación de Hawking. Sobre esta última podés leer Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros, del propio Stephen Hawking.
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