Un museo de dinosaurios y dragones (14)
Menospreciados en Occidente y reverenciados en Oriente, los dragones han tenido una larga historia en la mitología humana. ¿Cómo se inició el mito? Nadie sabe la respuesta exacta, pero probablemente algunos huesos de "dragones" pertenecieron a animales que se extinguieron hace mucho tiempo, como los dinosaurios en algunos casos o a fósiles de mamíferos, en otros. A principios del siglo XIX los científicos comenzaron a encontrar una nueva clase de monstruo, uno que se había extinguido decenas de millones de años antes que los primeros seres humanos evolucionaran. Debido a que los primeros fragmentos hallados se parecían a los del lagarto, los paleontólogos dieron por supuesto que habían encontrado lagartos gigantes. Sin embargo, otros huesos pusieron al descubierto animales que no se parecían en nada a los actuales. ¿Convivieron estos lagartos terribles con los seres humanos? No. Aunque algunos partidarios del creacionismo afirman que los dragones medievales eran, en realidad, dinosaurios que sobrevivieron hasta la modernidad, dicha opinión no cuenta con el apoyo de ningún científico respetable.Año: 1898.
Científico: William Harlow Reed.
Publicado por primera vez en: New York Journal and Advertiser.
Publicación actual: Bone Wars, de Tom Rea.
El encabezado de la imagen superior decía: "Cómo se vería el Brontosaurus Giganteus si estuviera vivo e intentara mirar dentro del undécimo piso del New York Life [Insurance] Building". La pequeña mancha debajo del dinosaurio de la imagen inferior representa a un ser humano, con lo que el cráneo del dinosaurio mediría casi un metro, algo inverosímil. Este "el animal más colosal de la Tierra, recientemente hallado en el Oeste [estadounidense]" fue inspirado por el hallazgo de William Harlow Reed de un fémur de saurópodo. Reed esperaba encontrar más restos fósiles del animal y regresó al yacimiento con otros recolectores, pero luego de buscar sin suerte, tuvo que admitir que el fémur era todo lo que tenía. En líneas generales Reed era un descubridor de huesos talentoso, pero a menudo albergaba falsas expectativas sobre lo que podía hallar. Jugó a las cartas con la Universidad de Wyoming y el Museo Carnegie para ver cuál de las instituciones le ofrecería una mejor paga. Y mientras Reed descubría fósiles para O. C. Marsh, no tuvo inconvenientes en destruir los huesos que no podía recolectar, con el sólo propósito de impedir que llegaran a las manos de E. D. Cope [más información en La Guerra de los Huesos].
Fuente: Strange Science (en inglés).
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