Un museo de mamíferos fabulosos (27)
Quizás hace tanto como cinco mil años, un grupo de marineros encontró los cráneos de una raza de gigantes horribles, que los antiguos griegos dieron en llamar cíclopes. Moradores de una tierra mítica, estas criaturas confiaban el destino de sus cosechas a sus dioses malvados y devoraban a todos los seres humanos que encontraban. No sorprende, entonces, que los cíclopes aterrorizaran a los europeos durante generaciones. Todavía hoy es posible encontrar parientes de estos monstruos vagando por la sabana africana, en las junglas de la India o, incluso, comiendo maníes de la mano de los niños en los zoológicos urbanos. En realidad, los marineros de la antigua Grecia habían dado con cráneos de elefantes. Lo que ellos interpretaron como la cavidad de un único ojo es, en realidad, la abertura nasal para la trompa del elefante. Durante siglos la comprensión científica de los mamíferos, tanto de las especies actuales como de las extinguidas, ha mejorado considerablemente. Sólo que los científicos también se equivocan.Año: 1515.
Publicado por primera vez en: The Form, Nature and Habits of the Rhinoceros, un poema de Giovanni Giacomo Penni.
Publicación actual: The Pope's Elephant, de Silvio Bedini.
El rinoceronte ilustrado por Durero pudo haber tenido algunas fallas, pero es muy superior a este dibujo incluido en una octavilla publicada en Roma ese mismo año. Se desconoce el nombre del artista que confeccionó el grabado, pero en cambio se sabe que el autor de la poesía fue Giovanni Giacomo Penni. Evidentemente dicho poeta nunca había visto un rinoceronte real, ni siquiera el grabado de Durero.
Fuente: Strange Science (en inglés).
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