miércoles, enero 02, 2008

Un cóctel astronómico

Parece ser que en la redacción de La Nación no se han recuperado de los festejos por el cambio de año porque resulta difícil explicar, si ese no es el caso, los términos de esta nota:


(clic en la imagen para ampliarla). Voy a citar y comentar algunos párrafos de la noticia —aunque no todos los problemáticos–. Pero primero, veamos el título, el que me llevó a leer la noticia:
Descubren un nuevo planeta fuera de la galaxia
Debió decir fuera del Sistema Solar, porque TW Hydrae b, el planeta descubierto, gira en torno a TW Hydrae, una estrella en la constelación de Hydra, distante 180 años luz de la Tierra pero aún bien adentro de los límites de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Confundir Sistema Solar con galaxia es un serio error conceptual. Comienza el cóctel la mezcla de conceptos.
En sus observaciones, los científicos que hicieron el hallazgo comprobaron que el nuevo TW Hydrae dista de su estrella unos 6 millones de kilómetros y completa una vuelta en torno a él en sólo 3,56 días.
Confunde los nombres del planeta y de la estrella con tan poca fortuna que es la estrella la que pareciera girar en torno al planeta. Se sigue de aquí que todavía hay ptolemaicos en Buenos Aires, una especie que algunos alarmistas habían declarado extinguida.
[...] la estrella madre TW Hydrae, situada en la galaxia de Hydra.
Confunde galaxia con constelación, un sistema masivo de estrellas con una región del espacio o, también, un conjunto azaroso de estrellas. Me parece equitativo que la astrología también sienta el temblor.

El final del artículo es a toda orquesta:
Desde que comenzaron los estudios sobre planetas fuera de nuestra galaxia a mediados de los años noventa, se han descubierto unos 250 satélites.
Para que no queden dudas, nuevamente confunde galaxia con sistema solar; y como si esto fuera poco, la yapa: satélite por planeta. Así, si aplico bien los conceptos de la nueva teoría astronómica promovida por estos avezados e intrépidos periodistas, la Estación Espacial Internacional, por ejemplo, puede ser considerada un planeta artificial.

También me llama la atención que en la redacción de La Nación nadie lea los comentarios de los lectores, pues ya el primero de ellos señalaba errores en el artículo y nada, horas después la noticia seguía tal cual yo la leí. ¿Para qué habrán habilitado los comentarios: por pura paquetería?

La misma noticia pero en una versión compatible con las teorías astronómicas vigentes (en inglés).

Otro cóctel astronómico,