martes, enero 20, 2009

Un museo de monstruos marinos ficticios (36)

Los europeos, desde la más remota antigüedad hasta bien pasado el Renacimiento, creían que había una gran variedad de bestias extrañas en el mundo, viviendo en los océanos, en los lejanos rincones del mundo o en el sótano de sus vecinos. Si proyectamos la imaginación hacia un futuro posible: ¿qué clase de monstruos turbará la mente de los futuros exploradores espaciales? No creo que estemos en condiciones razonables de poder anticiparlo. Quizás, incluso la misma idea de la exploración espacial sea monstruosa.

En una serie anterior, recorrimos en 22 pasos un museo de monstruos ficticios. Esta vez nos toca aprender sobre los monstruos marinos que inquietaban a quienes se internaban en las profundidades del océano. Los marinos contemporáneos de Colón no pensaban, en contra de lo que se cree popularmente, que navegarían hasta dar con el borde exterior de la Tierra. Sin embargo, estaban atemorizados por lo que podrían encontrar durante sus viajes. Su concepción de la vida marina se alejaba bastante de la realidad y comprendía desde suposiciones poco exactas sobre el comportamiento de las especies conocidas hasta representaciones imaginarias de animales que podían existir.

Fecha: Siglo X.
Científico / Artista: Richard Fournival.
Publicado por primera vez en: Bestiaire d'Amour of Richard Fournival.
Publicación actual: The Birth and Development of the Geological Sciences, de Frank Dawson Adams.

En la ilustración, dos marineros cocinan su cena sobre la parte posterior de una ballena. La criatura es tan grande que los marineros desembacaron en ella al confundirla con una isla. La descripción de ballenas de tamaño insular era algo común en la época clásica y en la Edad Media.

Fuente: Strange Science (en inglés).

Una ilustración ligeramente diferente de la misma escena, tomada de un manuscrito inglés (click en la imagen para ampliarla). Crédito: Bestiary.

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