El color de las plantas en otros mundos (5ta. y última parte)
Continuación del artículo de Nancy Y. Kiang publicado en la revista Scientific American del 7 de abril de 2008, cuya primera parte traduje aquí.Un pálido punto púrpura
La experiencia de la vida en la Tierra indica que los primeros fotosintetizadores oceánicos en planetas alrededor de estrellas F, G y K podrían sobrevivir la atmósfera inicial carente de oxígeno y desarrollar la fotosíntesis oxigénica que conduciría en última instancia a las plantas terrestres. Para las estrellas M, la situación es más difícil. Calculamos un punto óptimo, alrededor de los nueve metros debajo del agua, donde los primeros fotosintetizadores pudieron sobrevivir a las erupciones UV y aún tener la luz suficiente para ser productivos. Aunque es posible que no podamos verlos por telescopio, estos organismos podrían crear el marco adecuado para la vida en la superficie de otro planeta. En los mundos de estrellas M, las plantas terrestres que explotasen un rango más amplio de colores podrían ser casi tan productivas como las plantas de la Tierra.
Una pregunta importante para todos los tipos de estrellas será si el área terrestre de un planeta es lo suficientemente grande como para que los futuros telescopios espaciales puedan verla. La primera generación de tales telescopios verá al planeta como un simple punto, ya que carecerá de la resolución para realizar mapas de la superficie. Todo lo que tendrán los científicos será un espectro promediado globalmente. Tinetti estima que para que las plantas terrestres se muestren en este espectro, por lo menos el 20 por ciento de la superficie deberá ser terrestre, además de estar cubierta por vegetación y carecer de nubes. Por otro lado, la fotosíntesis oceánica libera más oxígeno a la atmósfera. Por consiguiente, cuanto más se destaque la biofirma del pigmento, más débil será la del oxígeno, y viceversa. Los astrónomos podrán ver una biofirma o la otra, pero no ambas.
Si en el espectro de la luz reflejada de un planeta un telescopio espacial ve una banda oscura en uno de los colores previstos, entonces quien siga las observaciones desde una computadora quizá sea el primero en ver signos de vida en otro mundo. Por supuesto, habrá que descartar otras interpretaciones falsas, tales como si los minerales pueden tener la misma firma. Ahora mismo podemos identificar una paleta de colores plausible que indique vida vegetal en otro planeta; por ejemplo, podemos predecir que otra Tierra tendrá plantas verdes, amarillas o anaranjadas. Pero hoy en día es difícil realizar predicciones más finas. Hemos podido determinar que en la Tierra la firma de la clorofila es exclusiva de las plantas, razón por la cual podemos detectar plantas y fitoplancton oceánico con satélites. Tendremos que descubrir firmas de vegetación exclusivas para otros planetas.
Hallar vida en otros planetas —vida abundante, no sólo fósiles o microbios sobreviviendo a duras penas bajo condiciones extremas— es una realidad que se acerca rápidamente. ¿Qué estrellas debemos observar, dado que hay tantas en el universo? ¿Podremos medir el espectro de los planetas alrededor de estrellas M, que tienden a estar muy cerca de sus estrellas? ¿Qué rango de longitud de onda y resolución necesitan tener los nuevos telescopios? Nuestra comprensión de la fotosíntesis será clave para diseñar estas misiones e interpretar sus datos. Estas preguntas conducen a una síntesis de las ciencias de la que hoy estamos dando los primeros pasos. Nuestra propia capacidad para buscar vida en otra parte del universo exige, en última instancia, una comprensión más profunda de la vida en la Tierra.
Volver a la cuarta parte o continuar al primer apartado (slideshow).
2 Sofismas:
"Hallar vida en otros planetas [...] es una realidad que se acerca rápidamente."
Una frase impactante.
Y no parece muy errada, si tomamos en cuenta el ritmo con que se descubren exoplanetas. Antes se sostenía que incluso los planetas eran raros, ahora sabemos que no es así; de modo que la probabilidad de vida aumenta.
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