jueves, marzo 13, 2008

La hormiga eléctrica

Otro cuento de Phillip K. Dick, pero en este caso sin relación con La experiencia mística de Philip K. Dick. Más bien está en la línea de sus preocupaciones básicas, la investigación de la naturaleza del hombre y de la realidad. El propio Dick dijo de este cuento: ¿Cuánto de lo que llamamos "realidad" está de hecho allí afuera o mejor dicho dentro de nuestra propia cabeza? El final de este cuento siempre me asustó...


Para complementar la lectura, me llega de una lista amiga la información de que hay un video animado de corta duración (en la imagen) basado en este mismo cuento. Recomiendo leer primero el cuento y luego ver la animación, si no es difícil que se entienda algo: el video sólo adapta una parte del argumento y la breve introducción está en inglés.
La hormiga eléctrica

A las cuatro y cuarto de la tarde, cuando T.S.T. Garson Poole despertó en el lecho del hospital, comprendió que estaba en un lecho de hospital y otras dos cosas: que ya no tenía la mano derecha y que no sentía dolor alguno.

Le habían administrado un analgésico poderoso, se dijo, mirando hacia la pared en la que había una ventana que daba al centro de Nueva York. Telas de araña por las que los vehículos y los transeúntes se apresuraban, donde las ruedas giraban bajo el postrero sol de la tarde. El brillo de agonizante luz le gustó. Todavía no ha muerto, pensó. Ni yo tampoco.

Había un fono en la mesita de al lado; vaciló, cogió el receptor, y marcó para una línea exterior. Un momento más tarde estaba ante la imagen de Louis Danceman, a cargo de las actividades Tri-Plan mientras él, Garson Poole, estuviera en otra parte.

—Gracias a Dios que está vivo —suspiró Danceman al verle; su rostro carnoso y grande, con superficie lunar llena de hoyos, se distendió a causa del alivio—. He llamado a todos.

—Sólo me falta la mano derecha —le interrumpió Poole.

—Pero está bien. Quiero decir que pueden injertarle una.

—¿Cuánto tiempo he de estar aquí? —preguntó Poole.

No sabía dónde estaban los médicos ni las enfermeras; ni por qué no se reían o alborotaban al efectuar una llamada.

—Cuatro días —respondió Danceman—. Aquí en la planta todo marcha bien. En realidad, hemos recibido pedidos de tres diferentes sistemas de policía, todos de la Tierra. Dos de Ohio, y uno de Wyoming. Buenos pedidos en firme, con un tercio por adelantado y la usual opción de arriendo por tres años.

—Venga a sacarme de aquí —pidió Poole.

—No puedo sacarle hasta que la nueva mano...

—Me la injertarán más tarde.

Anhelaba desesperadamente volver a su ambiente familiar; el recuerdo del cohete mercantil elevándose grotescamente en la pantalla piloto carenada al fondo de su mente; si cerraba los ojos volvía a sentirse en el vehículo destrozado al ir de uno a otro, recibiendo grandes daños. Las sensaciones cinéticas. Parpadeó al recordarlas. Creo que he tenido suerte, se dijo.

—¿Está Sarah Benton con usted? —preguntó Danceman.

—No, claro.

Era su secretaria personal, y aunque sólo fuese por consideraciones de empleo, debería estar a lado, acunándole como a un bebé. Todas las mujeres gruesas gustan a las madres, pensó. Y son peligrosas; si te caen encima pueden matarte.

—Tal vez fue esto lo que ocurrió —dijo, en voz alta—. Tal vez Sarah cayó sobre mi cohete.

—No, no, un eje del sistema de dirección del cohete se rompió en la hora de más tráfico y usted...

—Lo recuerdo.

Dio media vuelta en la cama al oír abrirse la puerta de la sala. Aparecieron un médico con bata blanca y dos enfermeras con batas azules, y dirigieron sus pasos hacia la cama.

—Ya hablaremos más tarde —dijo Poole, colgando el fono.

Respiró profundamente, con expectación.

—No hubiera debido hablar por fono tan pronto le recriminó el médico, consultando el diagrama—. Señor Garson Poole, dueño de Electrónicas Tri-Plan. Constructor de dardos identados que rastrean su presa en un radio de mil millas, respondiendo a un dibujo ondulado único. Usted es un hombre afortunado, señor Poole. Pero usted no es un hombre. Usted es una hormiga eléctrica.

—¡Diablos! —exclamó Poole, aturdido.


[...]
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Título original: The Electric Ant, 1969
Escaneado, Revisado y Editado por Arácnido.

Entrada relacionada: El ojo de la Sibila.

2 Sofismas:

El mié feb 14, 04:56:00 a.m. 2018, Blogger Sebastián escribió...

No me deja descargar

 
El mié feb 14, 08:22:00 a.m. 2018, Blogger el sofista escribió...

Sí, los enlaces no resistieron el paso del tiempo (la entrada tiene 10 años).

Probá con este otro enlace:

https://www.alconet.com.ar/varios/libros/e-book_l/La_Hormiga_Electrica.doc

Buena lectura!

 

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