sábado, octubre 08, 2016

La Luna, Mercurio y un radiotelescopio en el crepúsculo


Durante el amanecer del 29 de septiembre, Mercurio compartió el crepúsculo con la Luna. En ese momento el planeta más interior se encontraba casi a la máxima distancia del Sol a la que puede llegar, es decir, estaba cerca de la máxima elongación en el cielo del planeta Tierra (clic en la imagen para ampliarla a 1024 x 1024 píxeles o verla aún más grande).

En la colorida escena de arriba, al veloz Mercurio se le une una media luna iluminada por la luz del Sol y la luz cenicienta de la Tierra (ver la imagen al pie de la entrada), un fenómeno que poéticamente suele llamarse la luna nueva en los brazos de la luna vieja.

A los pies de la conjunción se distingue la Estación Italiana de Radioastronomía de Medicina, cerca de Bolonia. En primer plano se observa una antena parabólica de 32 metros de diámetro, custodiada por una fila de antenas del primer grupo de radiotelescopios italianos, conocido como la Cruz del Norte.

Ahora bien, el 8 de octubre los observadores de la Luna no tendrán que levantarse de madrugada. Después de la puesta de sol, la Luna habrá llegado a la fase de Cuarto Creciente y estará bien brillante y a gran altura: en síntesis, se darán las condiciones justas para participar de la Noche Internacional de Observación de la Luna.

La luz cenicienta. Como es sabido, la Luna carece de luz propia. Por consiguiente, la llamada luz de la Luna es, en realidad, la luz procedente del Sol que se refleja directa o indirectamente en la superficie lunar. La parte del disco lunar iluminada directamente por el Sol brilla con gran intensidad y corresponde con lo que comúnmente se entiende por fase lunar. Sin embargo, durante los primeros días del mes lunar sólo una parte del disco lunar está iluminada directamente por la luz del Sol. A pesar de ello, la otra parte del disco lunar, mucho más oscura, también se ve desde la Tierra, y la percibimos porque está iluminada indirectamente por la luz solar. Este fenómeno se llama luz cenicienta de la Luna y se debe a un doble reflejo de la luz solar (ver el diagrama): el primero consiste en el reflejo de la luz solar en las nubes terrestres y, el segundo, al reflejo de esta luz en la superficie de nuestro satélite. La luz cenicienta es más oscura porque cada vez que la luz se refleja en una superficie pierde algo de intensidad, pues la superficie reflectante absorbe una parte. Crédito de la imagen: NASA.

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 8 de octubre de 2016. Esta página ofrece todos los días una imagen, fotografía o video del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la imagen y derechos de autor: Pierluigi Giacobazzi.

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1 Sofismas:

El lun oct 10, 07:27:00 a.m. 2016, Blogger rosy123 escribió...

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