domingo, enero 11, 2015

El amanecer antes de la nova


¿Traerá este amanecer otra nova? Un día, quizás en un futuro lejano, habrá seres humanos que se plantearán semejante dilema. El posible escenario será un planeta girando alrededor de una variable cataclísmica (clic en la imagen para ampliarla a 643 x 850 píxeles, máxima resolución disponible).

Los sistemas binarios de variables cataclísmicas están constituidos por dos tipos de astros: una gran estrella acompañada por una enana blanca, una clase de estrella masiva pero compacta. El gas se escapa continuamente de la estrella más grande y la masa de la enana blanca lo atrae, un proceso que da lugar a la formación de un disco de acreción.

Pueden producirse explosiones cataclísmicas, en forma de novas enanas, cuando una bola de gas situada en el interior del disco de acreción eleva en exceso su temperatura. En esa fase la bola de gas se precipitará con mayor velocidad sobre la enana blanca y al chocar contra la superficie producirá un relámpago enceguecedor.

Estas novas enanas, que se producirán con una frecuencia irregular que puede ir desde algunos días hasta decenas de años, carecen de la potencia para destruir a alguna de las dos estrellas.

Aunque una nova es mucho menos energética que una supernova, el escenario es potencialmente peligroso: si las novas recurrentes (en la siguiente imagen) no son lo suficientemente potentes como para expulsar más gas del que atrae la enana blanca, la masa se acumulará sobre la enana blanca hasta cruzar el fatídico límite de Chandrasekhar. En ese momento, ya no será necesario buscar un refugio como la cueva ilustrada en la imagen, puesto que muy pronto toda la enana blanca estallará en una gigantesca supernova.

Las explosiones de RS Ophiuchi. Explosiones espectaculares se producen en el sistema binario de estrellas conocido como RS Ophiuchi (clic en la imagen para ampliarla). Cada 20 años, aproximadamente, la gigante roja suministra tal cantidad de gas de hidrógeno a su compañera enana blanca que se produce una cegadora explosión termonuclear en la superficie de la estrella compacta. Cada vez que se produce la explosión de una nova, el sistema RS Oph, situado a unos 2 mil años-luz de distancia, aumenta extraordinariamente de brillo e incluso llega a ser distinguible a simple vista. La gigante roja es la estrella ilustrada a la derecha de la imagen, mientras que la enana blanca se encuentra a la izquierda, en el centro del brillante disco de acreción. Conforme las estrellas giran alrededor una de la otra, una corriente de gas se mueve de la estrella gigante hacia la enana blanca.


Los astrónomos estiman que en los próximos 100 mil años se acumulará tal cantidad de materia en la enana blanca que ésta superará el límite de Chandrasekhar, con lo que se producirá una última y mucho más poderosa explosión: una supernova. Más información (en inglés).

Vía Foto astronómica del día correspondiente al 11 de enero de 2015. Esta página ofrece todos los días una imagen o fotografía del universo, junto con una breve explicación escrita por un astrónomo profesional. Crédito de la ilustración y derechos de autor: Mark A. Garlick (Space-art.co.uk).

Nota: No sé ustedes, pero a mí la primera ilustración me recuerda a El grito y supongo que esa habrá sido la intención de Garlick —Edvard Munch llamó La desesperación a la primera versión de su cuadro más famoso, un estado emocional bastante comprensible en los futuros colonos de un planeta a punto de desaparecer—. Así se justificaría, de alguna manera, la presencia de las dos lunas con crecientes tan poco naturales.

Nota: Síganme en Twitter (@astrosofista) para saber más sobre el universo y mi mundo. Desde que comencé a tuitear hace siete equinoccios, unos 37 mil tweets ilustran y amplían las más de 4000 entradas publicadas en el blog desde su inicio, en mayo de 2004. ¿Qué esperan para unirse a esta gran conversación? Ya somos más de dos mil seiscientos.