jueves, febrero 05, 2009

Un museo de dinosaurios y dragones (7)

Menospreciados en Occidente y reverenciados en Oriente, los dragones han tenido una larga historia en la mitología humana. ¿Cómo se inició el mito? Nadie sabe la respuesta exacta, pero probablemente algunos huesos de "dragones" pertenecieron a animales que se extinguieron hace mucho tiempo, como los dinosaurios en algunos casos o a fósiles de mamíferos, en otros. A principios del siglo XIX los científicos comenzaron a encontrar una nueva clase de monstruo, uno que se había extinguido decenas de millones de años antes que los primeros seres humanos evolucionaran. Debido a que los primeros fragmentos hallados se parecían a los del lagarto, los paleontólogos dieron por supuesto que habían encontrado lagartos gigantes. Sin embargo, otros huesos pusieron al descubierto animales que no se parecían en nada a los actuales. ¿Convivieron estos lagartos terribles con los seres humanos? No. Aunque algunos partidarios del creacionismo afirman que los dragones medievales eran, en realidad, dinosaurios que sobrevivieron hasta la modernidad, dicha opinión no cuenta con el apoyo de ningún científico respetable.

Año: 1678.
Científico / Artista: Athanasius Kircher.
Publicado por primera vez en: Mundus Subterraneus.
Publicación actual: Evidence of Vanished Worlds, de Yvette Gayrard-Valy.

En su libro sobre el mundo subterráneo, el jesuita Athanasius Kircher contó de nuevo la historia de Winkelried, un gran matador de dragones, que había podido terminar con la vida de una de estas peligrosas bestias cerca de una aldea suiza (en la imagen de la derecha). También describió los hábitos de los dragones vivos, a saber, que vivían en cuevas y cavernas subterráneas. (La historiadora de la ciencia Paula Findlen dijo de Kircher que "quizás fue el último naturalista en creer apasionadamente en la realidad de cualquier dragón visto por el papa".) La imagen de hoy se asemeja mucho a una ilustración realizada por un linceano, o sea, un miembro de la Accademia dei Lincei, de Italia. Si bien la civilización occidental despreciaba mayormente a los dragones, las culturas asiáticas tenían otro punto de vista. Los farmacéuticos chinos usaban los huesos, dientes y cuernos de "dragón" como una panacea. Se creía que dichas partes del dragón curaban las dolencias del corazón y del hígado, pero también el estreñimiento, las pesadillas y la epilepsia. Siglos después, los farmacéuticos chinos prestaron un servicio invalorable a los buscadores de fósiles al mostrarles la ubicación de los yacimientos.

Fuente: Strange Science (en inglés).

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