martes, noviembre 11, 2008

Las garras inevitables de la inducción

Oído en la Academia Sofista:
Un filósofo creía en las virtudes del método inductivo para investigar la naturaleza; por supuesto, se equivocaba. Un segundo filósofo fue del mismo parecer y también se encontraba en un error. Y luego un tercero, un cuarto, hasta completar una docena o un poco más, creyeron lo mismo. Por lo tanto, concluía el informante, todos los filósofos estaban equivocados.
No cabe duda de que esa fue una demostración sofista con todas las de la ley.