lunes, abril 14, 2008

Rusia podría enviar monos a Marte

Rusia tiene un largo historial de descubrimientos científicos y exploración espacial asociado a la utilización de animales. Comenzó con la perra Laika, enviada al espacio en 1957, luego el programa espacial se amplió para realizar pruebas con otros perros —muchos volvieron sanos y salvos a la Tierra– y finalmente con monos (en la imagen: una cápsula Bion, utilizada para enviar monos a la órbita terrestre). Aunque el programa de experimentación con monos se canceló por falta de financiación a mediados de los '90, Rusia anunció planes para enviar a miembros de la especie más cercana al hombre a Marte, un lugar donde ningún ser humano ha ido antes. Y aquí estamos nosotros pensando que sería un ser humano el primero en hollar la superficie marciana...

Debo admitir que tuve que leer la historia dos veces antes de creerla: Rusia quiere enviar monos no sólo al espacio sino también a Marte. Recordaba que se habían utilizado monos —o más específicamente, macacos— en misiones espaciales, pero en mi mente esto era cosa del pasado y hoy en día lo consideraríamos una crueldad. Pero, por otro lado, ¿no se utilizan macacos en experimentos médicos en todo el mundo? ¿Por qué sorprende tanto que se haya escogido a los macacos para iniciar los viajes interplanetarios en vez de los seres humanos?

Estas preguntas tienen un fuerte contenido emocional —además de ser polémicas— y serán muy debatidas en el ámbito internacional. A muchos les parecerá algo propio de bárbaros que se realicen pruebas experimentales con animales en el mundo ultra moderno de los viajes espaciales, pero hay graves problemas que es posible resolver de una vez y para siempre con el empleo de macacos en tales viajes. Primero y principal, se espera que la tripulación de una nave con destino a Marte sea bañada por la radiación interplanetaria y al estudiar la fisiología de un macaco durante esa larga travesía podríamos aprender la reacción del cuerpo humano a dosis mayores que las normales. La realidad sigue siendo que los monos son genéticamente muy próximos a los seres humanos y no debería sorprender a nadie que recurramos a ellos para obtener respuestas.

Con este objetivo, en el Instituto de Medicina Primatológica Sochi, en Vesyoloye, junto al Mar Negro, se inició el proceso de selección de monos para este gran experimento de medicina animal. El instituto tiene una larga historia de vínculos con el programa espacial soviético y ruso. Sochi fue el centro de entrenamiento para los primeros monos en el espacio en 1983. Abrek y Bion realizaron un viaje de cinco días alrededor de la Tierra y regresaron sanos y salvos a Kazakhstán y fueron rehabilitados para llevar "vidas normales". A los dos años de este vuelo histórico, los monos Verny y Gordy pasaron siete días en el espacio. En 1987, Dryoma y Yerosha rompieron el récord —para esta clase de vuelos— y pasaron dos semanas en el espacio. Como dato curioso podemos mencionar que Dryoma le fue regalado a Fidel Castro. A continuación, en 1989, 1992 y 1996, se realizaron tres vuelos de dos semanas hasta que el proyecto se quedó sin financiación. (En la imagen: Krosh, un veterano del espacio de dieciséis años —la foto es de 1992—, es la estrella del instituto y goza de una salud envidiable.) Actualmente se está experimentando en Tierra bajo condiciones que simulan la ingravidez.

Ahora, para revitalizar la historia de los vuelos espaciales de macacos, en Sochi comenzó un programa de dos años para seleccionar 40 monos que luego serán enviados al Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú, donde se llevarán a cabo pruebas de medicina aeroespacial. Los experimentos culminarán con una posible misión a Marte.
—Los humanos y los monos tienen una sensibilidad muy similar ante dosis grandes y pequeñas de radiación, por lo tanto es mejor experimentar con macacos y no con perros u otros animales —dijo Boris Lapin, director del instituto.
Los críticos del programa están defraudados por los experimentos con animales en cualquier ámbito, pero siguen siendo realistas respecto a la situación. —La humanidad sacrifica más de 100 millones de animales por año en el nombre de la salud y la belleza. Es hora de pensar en una alternativa a los experimentos con animales —sostiene Andrei Zbarsky del grupo conservacionista World Wildlife Fund (WWF).
—... desde luego, siento pena por los monos, puede ser que mueran, pero los experimentos son necesarios para preservar la vida de los cosmonautas que volarán a Marte en el futuro —replicó Anaida Shaginyan, investigador del instituto.
Esta será una medida polémica del programa espacial ruso y se espera que encontrará resistencias de parte de sus socios europeos. Aunque se emplean monos y otros animales en investigaciones médicas aquí en la Tierra, puede ser que resulte ser demasiado desagradable y cruel para la mayoría, pero por otro lado también es posible que sea el único medio para medir el impacto físico en el cuerpo humano luego de un largo viaje a Marte.

Fuente: Ian O'Neill para Universe Today y BBC (enlaces en inglés).