domingo, marzo 23, 2008

La maldición de Marte. ¿Por qué fallaron tantas misiones? (cont.)

Traducción de la segunda y última parte de The "Mars Curse": Why Have So Many Missions Failed?, de Ian O'Neill, cuya primera parte pueden leer en esta página.



Este no es el único caso en que "mala suerte" y "misión a Marte" pueden formar una oración. En 1993, el Mars Observer de la NASA (en la imagen) dejó de transmitir a sólo tres días de la inserción orbital en Marte. Luego de 337 días de travesía desde la Tierra se cree que el sistema de propulsión del orbitador comenzó a perder metilhidrazina y gas helio al presurizar los depósitos de combustible en la preparación para su acercamiento. La pérdida causó que el aparato comenzara a girar sin control, cambiando su electrónica al modo "seguro". No hubo más transmisiones del Mars Observer.

El error humano también puede tener su parte en muchos de los problemas habidos en el envío de robots al planeta rojo. Es probable que el error más manifiesto y más publicitado fue cometido durante el desarrollo del Mars Climate Orbiter de la NASA (en la imagen). En 1999, momentos antes de la inserción orbital, un error de navegación envió al satélite a una órbita 100 km más baja que la prevista de 150 km de altitud sobre el planeta. La causa del error fue una de las incompatibilidades de sistemas de mediciones más costosas de la historia de la exploración espacial. La Lockheed Martin, una de las empresas subcontratistas de la NASA, usó unidades de medición inglesas [pies, pulgadas, etc.] en lugar de las unidades métricas especificadas por la NASA. La incompatibilidad de las unidades culminó en un gran error de cálculo de la altitud de la órbita. El pobre orbitador cayó en picada por la atmósfera de Marte y se incineró.

Pero no sólo hay errores humanos en las misiones de la NASA. Una misión rusa anterior, el Phobos 1 (en la imagen), se perdió en 1988 por un error de programación. Una subrutina de programación, que nunca debió usarse durante el vuelo espacial, fue activada por un descuido. Se sabía de esta subrutina desde antes del lanzamiento del Phobos 1, pero los ingenieros decidieron dejarla porque se necesitaba actualizar toda la computadora para corregirla. Como no había tiempo para esto, se lanzó la nave espacial. Aunque se estimaba que el programa era "seguro", éste se activó y la sonda entró en barrena. Al serle imposible alinearse con el Sol para alimentar sus paneles solares, el satélite se perdió.

Hasta hoy, 26 de las 32 misiones a Marte —un enorme 60%— o fallaron o tuvieron un éxito parcial desde el Marsnik 1, el primer intento de la Unión Soviética en 1960. En total, EE.UU. o la NASA volaron 20 misiones, seis de ellas se perdieron —70% de éxitos—; la Unión Soviética o la Federación Rusa volaron 18 y sólo dos orbitadores, el Mars 2 y 3, tuvieron éxito —11% de éxito—; las dos misiones de la ESA, el Mars Express y la Rosetta —un sobrevuelo— tuvieron un éxito total; Nozomi, la única misión japonesa, de 1998, tuvo complicaciones en ruta y nunca llegó a Marte; y el vehículo de descenso, Beagle 2, está "ausente sin permiso" desde 2003.

A pesar de la larga lista de misiones fracasadas, la gran mayoría de las misiones a Marte perdidas ocurrió en los años "pioneros" de la exploración espacial. Cada misión fracasada fue cargada a bordo y usada para mejorar la próxima y ahora hemos entrado en una era en la cual el éxito de una misión es la "norma". La NASA tiene dos satélites en operaciones alrededor de Marte, el Mars Odyssey y el Mars Reconnaissance Orbiter. El Mars Express europeo también está en órbita.

El Spirit y el Opportunity, los robots exploradores de Marte, continúan explorando el paisaje marciano por cuanto se siguen extendiendo sus misiones.

Las misiones perdidas recientemente, como el Beagle 2 británico, son inevitables cuando se toma en cuenta la complejidad y el desafío que significa enviar exploradores robóticos a lo desconocido. Siempre habrá una cuota de errores humanos, fallas tecnológicas y un poco de mala suerte, pero parece que aprendemos de nuestros errores y avanzamos. Sin duda parece haber una tendencia creciente de las misiones exitosas por sobre los fracasos.

Quizá, merced al avance tecnológico y a un poco de buena suerte, estamos superando la maldición de Marte y manteniendo a raya al malévolo espíritu galáctico mientras nos afianzamos gradualmente en un planeta que esperamos colonizar en un futuro no muy distante...

2 Sofismas:

El lun mar 24, 03:42:00 p.m. 2008, Blogger virlise escribió...

pues, muchos de esos errores podrían haber sido evitados..
yo lo veo más como competencia entre naciones, que otra cosa.
pero hay que ser un poco optimista también..
mientras que no dejen volando más basura por ahí..

 
El lun mar 24, 04:46:00 p.m. 2008, Blogger el sofista escribió...

Hubo y hay mucho de ensayo y error en la astronáutica que, además, pienso que es inevitable. La competencia entre soviéticos y norteamericanos también fue un factor, por un lado ninguno podía permitirse demoras y por el otro hizo posible la expansión de la actividad espacial.

Cuando lo leí hace unos años atrás, me impresionó mucho la cantidad de veces que fallaron, tanto soviéticos como norteamericanos, para siquiera poder "pegarle" a la Luna, que parece tan grande y está tan cerca. De manera que es esperable errores y horrores en esta actividad.

Lo de la basura se convertirá en un negocio a largo plazo: no recuerdo si era un cuento o una novela de CF en el que los protagonistas se ganaban la vida recuperando antiguos cohetes; pero por supuesto esa nave era especial...

 

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