Paralelo entre Cortázar y Nietzsche
Siguiendo el método propuesto por Plutarco en Vidas paralelas —que consistía en comparar, de a pares, las biografías de grandes personajes de los mundos griego y romano (como Alejandro Magno y Julio César o Demóstenes y Cicerón), con el objetivo de encontrar las coincidencias que le permitieran mostrar que Roma era la heredera de la tradición cultural griega—, en este artículo de Cristina Ambrosini se lleva a cabo un paralelismo entre las vidas biográficas e intelectuales de Friedrich Nietzsche y Julio Cortázar.Entre los rasgos biográficos comunes, se rescatan los siguientes:
Único hijo varón, tempranamente a cargo de una familia de mujeres, este rasgo compartido parece teñir el destino de estos personajes. La precocidad en el manejo del lenguaje es otra coincidencia ya que ambos, desde la primera infancia, realizan ejercicios literarios. La entrada al mundo laboral como docentes y el abandono de estas tareas para dedicarse a su obra, escrita en el exilio voluntario, es otra coincidencia.En cuanto al aspecto intelectual, la autora incorpora a Cortázar a una tradición filosófica —a la que pertenecen Nietzsche, Lewis Carroll, Jorge Luis Borges y Ludwig Wittgenstein— caracterizada por una concepción lúdica del lenguaje y la desconfianza ante el poder de la razón, y en duro enfrentamiento con la tradición socrático-platónica y la cartesiana.
Una vez planteado el tema, se describe a grandes rasgos la posición nietzscheana tomando como punto de partida la concepción filosófica de Heráclito, para luego pasar a analizar en la obra de Cortázar cada uno de los puntos antes mencionados —si bien es cierto que el análisis se demora en el lenguaje como un juego y en el rechazo de la razón, quizá resaltando sus preferencias.
Tal como lo reconoce la propia autora, el objetivo del artículo es mucho más modesto que el de Plutarco en Vidas paralelas, pero no por eso pierde interés. Tampoco es una desventaja del artículo el hecho de que el grueso del análisis recaiga sobre Rayuela, uno de mis libros preferidos.
4 Sofismas:
La cosa es que Nietzsche parecería que nunca jugó, y Cortázar no dejó de hacerlo
Sí, eso es cierto en cuanto a lo biográfico. Creció en un ambiente luterano muy religioso y en eso se distingue de Cortázar. No parece que Nietzsche haya jugado cuando niño, siempre lo describen como un niño solemne, como un prusiano en miniatura. Y enfermizo... durante toda su vida estuvo acompañado por la enfermedad.
Soy Cristina Ambrosini. Gracias por levantar el artículo sobre Nietzsche en Cortázar tal como apareció en la columna, por ahora fuera de la web, de La Union (esperemos que los problemas del diario se resuelvan y vuelva a aparecer). Hay un rechazo a la razón, en este artículo como creo que lo hay en N. y C. pero a la razón entendida desde la tradición socrática y, en todo caso, hay en estos autores, una revalorización de la postura de los sofistas que priorizaron la idea agonística, que el lenguaje es un juego competitivo, es el más poderoso instrumento de poder y dominación sobre los otros, también de comunicación y diálogo.
Estamos en este blog que empezamos a armar http://epicureanos.blogspot.com/
cristinaambrosini@yahoo.com.ar
Un saludo Cristina
Hola Cristina: A pesar de vivir por la zona no sabía de los problemas de La Unión. Esperemos que puedan resolverlos. Respecto del tema de la razón —aunque ahora no me refiero a ningún diario :)—, sí claro, quizá la última referencia es un poco fuerte y podría dar un sentido de un rechazo absoluto de la razón por parte de Nietzsche y Cortázar —que no es el caso—, pero en los párrafos precedentes mostraba los matices de esa posición. Nos seguimos leyendo en tu blog. Ciao, Ricardo.
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