viernes, febrero 17, 2006

Metafísica del aburrido

En este artículo (en inglés) señalan que algunos ciudadanos alemanes a veces se comportan de una manera un tanto extraña —se deciden, por ejemplo, a conducir de contramano por sesenta kilómetros de autopista— para combatir lo que ellos mismos reconocen como aburrimiento. Esta situación lleva al o a la columnista a preguntarse si los alemanes están realmente tan aburridos. Traduzco:
Uno no debería criticar tanto a los alemanes. Después de todo, llevan diariamente la carga de una tradición filosófica abrumadora sobre sus hombros. Gracias a Heidegger y compañía, hay alemanes que se despiertan por la mañana y cavilan sobre la historia de la metafísica mientras van en puntas de pie al baño. Hay alemanes que se miran al espejo mientras se cepillan los dientes y, mientras observan los círculos oscuros formados bajo sus ojos, inevitablemente se hacen la gran pregunta: ¿por qué hay algo en vez de nada?
Es cierto que el hastío no es una disposición fácil de comprender —como bien se señala en el artículo— pero más allá de la parodia filosófica, tengo mis sospechas de que nadie, ni siquiera los alemanes, asume la metafísica con tanta gravedad. Y menos que menos por la mañana: a esa hora el fiel daimon sigue entre sueños.

Vía Enowning (en inglés).