miércoles, febrero 08, 2006

El imperio submarino

Una serie de ciencia ficción y aventuras (Underwater Kingdom, EE.UU., 1936) emitida en doce capítulos —con el habitual formato de continúa en el próximo capítulo— que vi, sufrí y gocé en la TV blanco y negro a principios de los años sesenta. Tenía un vago recuerdo de la serie —de la que no recordaba el título—, pero nadie a quien se la comentaba parecía recordarla: ¿acaso era yo el único que la había visto? Para peor, jamás la volvieron a pasar.

Pero un día se hizo el milagro. Revisando los feeds de Internet Archive, un título me llamó la atención, me bajé un capítulo y ¡sí señores!, tenía en mis manos el pasaje de regreso a la infancia.

El argumento de El imperio submarino, que en su momento compitió contra Flash Gordon, consiste en la habitual lucha del bien contra el mal que se lleva a cabo con una extrañísima mezcla de futuro y pasado en la mítica Atlántida —situada debajo del mar—: junto a futurísticas máquinas diseñadas para generar terremotos y otras para detenerlos, rayos paralizantes, máquinas manipuladoras de mentes, robots (en la imagen) y armas que disparan rayos, hay soldados a caballo, vestidos como los antiguos romanos, peleando con espadas. Ahora que lo pienso, el cocktail argumental no es tan extraño, si no fuera por algunos detalles menores —y los efectos especiales— estamos en el universo de La guerra de las galaxias.

El argumento —reconstruído a partir de mis recuerdos, de los pocos capítulos que volví a ver y de un par de reseñas online— es más o menos así: Ante una serie de terremotos que afectan a EE.UU. un científico propone descender al fondo del mar con un submarino propulsado por cohetes con el objetivo de neutralizarlos. Sin embargo, en vez de cumplir con su objetivo, el submarino y sus tripulantes son atrapados por un rayo paralizante que los lleva a la civilización perdida de la Atlántida. Allí descubren que los terremotos son parte del plan del malvado Unga Khan para —como no podía ser de otra manera— conquistar la tierra. Unga Khan, con la ayuda de una máquina controladora de mentes, obliga al científico a desarrollar un motor cohete que le permita emerger su torre de operaciones para combatir en la superficie. Mientras tanto, los otros miembros de la tripulación (entre los principales: Crash Corrigan, el superhéroe; Diana Compton, la que siempre se mete en problemas; y Billy Norton, el nieto del científico, a la sombra de Crash, como Robin respecto de Batman) huyen a un pueblo cercano donde reina el benevolente Sharad, en lucha permanente contra Unga Khan. Luego se producen numerosos intentos de rescate del científico que fracasan por una u otra razón —incluso es el mismo científico quien frustra algunos de ellos, pues su forzada fidelidad al mal es casi completa— hasta llegar al desenlace, cuando Unga Khan, luego de destruir la villa de Sharad, obtiene los medios para conquistar el resto del mundo y los héroes, ya en la superficie, tratarán de impedirlo.

Si alguien quiere ver la serie —a mí ahora me resulta muy graciosa—, pueden bajar gratis los episodios (hablados en inglés) en esta página web.

La imagen proviene de Cathuria.com. Los robots son los verdaderos villanos de la película, pues se encargan de todo el trabajo sucio —cuando aparecían, me quedaba paralizado.

1 Sofismas:

El vie mar 03, 01:26:00 a.m. 2006, Blogger el sofista escribió...

¡Lo viste en el cine! Supongo que fuimos muchos los que vimos la serie, pero somos pocos los que todavía la recordamos. Yo la estuve buscando bastante por la Red, el gran problema era que no me acordaba cómo se llamaba, así que todas mis búsquedas eran bastante indirectas, hasta que se me dio. Ciao.

 

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