Descartes por Jorge Luis Borges
¿Pero por qué ver tanta malignidad en Descartes o en su hijo filosófico, el sujeto moderno?Como no hay discursos únicos, bien podría ser que Descartes sea una víctima más en esta historia, en este juego, en este laberinto que llamamos el mundo:
Soy el único hombre en la tierra y acaso no hay tierra ni hombre.La cifra, en Obra poética 1923 / 1985.
Acaso un dios me engaña.
Acaso un dios me ha condenado al tiempo, esa larga ilusión.
Sueño la luna y sueño mis ojos que perciben la luna.
He soñado a Cartago y a las legiones que desolaron a Cartago.
He soñado a Virgilio.
He soñado la colina del Gólgota y las cruces de Roma.
He soñado la geometría.
He soñado el punto, la línea, el plano y el volumen.
He soñado el amarillo, el azul y el rojo.
He soñado mi enfermiza niñez.
He soñado los mapas y los reinos y aquel duelo en el alba.
He soñado el inconcebible dolor.
He soñado mi espada.
He soñado a Elisabeth de Bohemia.
He soñado la duda y la certidumbre.
He soñado el día de ayer.
Quizá no tuve ayer, quizá no he nacido.
Acaso sueño haber soñado.
Siento un poco de frío, un poco de miedo.
Sobre el Danubio está la noche.
Seguiré soñando a Descartes y a la fe de sus padres.
escrito por el sofista @ miércoles, febrero 09, 2005
3 Sofismas:
que precioso tesoro has desenterrado.
Saludos
:)) El otro día me preguntaba quién había sido la "Elizabeth de Bohemia" de la poesía. En un principio me pareció que Borges se estaba refiriendo a Elizabeth Stuart, a quien en su juventud llamaban "la reina de corazones" —por su belleza— y luego "Winter Queen" —porque su reinado duró sólo un invierno. Sin embargo, Borges se debe estar refiriendo a la hija de ésta, también llamada Elizabeth, benefactora de Descartes y con quien mantuvo correspondencia filosófica. Sin embargo, no sé por qué Descartes habría de soñar con ella en particular, quizá querría poner celosa a Cristina de Suecia, vaya uno a saber.
Aquí hay una foto de Elizabeth Palatine y extractos de su correspondencia con Descartes. Por lo que parece no era alguien fácil de convencer y seguía, como buen sajona, una línea más empirista que la racionalista cartesiana.
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