jueves, agosto 27, 2009

En la oscuridad eterna

Los científicos planetarios han especulado durante años sobre aquellas partes de la Luna a las que no llegan los rayos del Sol. Es probable que hayan encontrado una de esos abismos. Fíjense en las renegridas profundidades del cráter Erlanger (clic en la imagen para ampliarla):

Este cráter se encuentra muy cerca del polo lunar, a una latitud de 87 grados norte. En esa latitud el Sol siempre está muy cerca del horizonte y apenas alcanza a iluminar el borde superior del cráter. Jamás iluminó el interior del cráter.

¿Qué se esconderá en el seno de tanta oscuridad? Agua congelada, de origen cometario, es una de las posibilidades más interesantes. Las temperaturas en el piso oscuro del cráter podrían estar en el orden de los 50 Kelvin, lo suficientemente frío como para impedir que el hielo pueda sublimarse incluso en el vacío lunar. El hielo de los cráteres sumidos en la oscuridad permanente podría constituir un recurso de primerísima importancia para los futuros exploradores humanos. Estos sólo tendrían que derretir el agua y tomarla. O separar el H2O en hidrógeno para utilizarlo como el combustible de un cohete y en oxígeno para respirar. El agua también puede ser usada como un excelente escudo térmico.

Dos naves en órbita lunar, la LRO y la Chandrayaan-1 han barrido el cráter Erlanger con sus radares con el objetivo de averiguar la naturaleza de los depósitos ocultos en sus profundidades.

Fuente: Space Weather y LROC (en inglés).