El Sofista: Visualización del cerebro como el mapa de una isla

viernes, noviembre 30, 2007

Visualización del cerebro como el mapa de una isla

La gente de Unit Seven cuentan cómo hicieron el mapa de Cerebrolandia o Brainland: tomaron los datos originales de una fotografía de un cerebro humano verdadero (*) y construyeron el terreno 3D.

Luego, a partir del modelo digital de las distintas elevaciones crearon las líneas de contorno —las líneas que conectan puntos de la misma altura— y los sombreados del relieve, y planificaron la ubicación de los caminos y otras características del terreno en la compilación del mapa. Finalmente, con datos reales —y de dominio público— de Nueva Zelanda agregaron las islas circundantes.

Los mapas están a la venta aquí en formatos A3, A2 y A1. También desde la misma página pueden descargarse gratis fondos de escritorio. Me bajé el mío, pero voy a seguir unos días más con esta foto del Kaguya.

Otras imágenes del mapa (en distintos tamaños y perspectivas).

Vía Boing Boing (enlaces en inglés).

(*) Esto se presta a chistes fáciles en los que no voy a entrar.

Nota posterior: El análisis de la imagen es completamente diferente al de El hombre como una planta química. Allí había una construcción conceptual, basada en el neokantismo. En este caso, en cambio, la construcción es principalmente artística, rigurosa en el aspecto técnico pero frágil en lo conceptual. Me llama la atención que al establecer la correspondencia de la fotografía del cerebro a la geografía de Nueva Zelanda, privilegiaron a ésta, que carece de unidad territorial, ya que se despliega en una isla principal y en varias islas de menor tamaño. Forzaron la correspondencia al adjudicar sin razón aparente algunas funciones cerebrales o mentales —la imaginación, la innovación, el sueño, la educación— a las islas menores, lo que significa admitir que el cerebro carece de unidad espacial —lo rompieron en mil pedazos—, dificultando, sino imposibilitando, su funcionamiento como un todo, además de sugerir que la imaginación o el sueño, por ejemplo, son actividades secundarias. Como que el cerebro o la mente pueda funcionar sin imaginación o sin la capacidad de soñar. Todo esto es muy arbitrario.