jueves, julio 14, 2005

Heidegger como profesor

En una de las tantas vueltas por la Red, mientras leía una semblanza de Leo Strauss, me encontré con este párrafo en el que Shadia B. Drury describe el influjo que Martin Heidegger podía llegar a tener sobre sus alumnos al dictar cátedra:
Nada tuvo mayor efecto en Strauss, que la manera en que Heidegger estudiaba un texto. Le fascinó totalmente el análisis de Heidegger de la Metafísica de Aristóteles; pensaba que el enfoque de Heidegger dejaba al descubierto los fundamentos intelectuales de un texto, y era distinto a cualquier cosa que hubiese visto u oído jamás. La reacción de Strauss no era única. Se decía que el estilo de enseñanza de Heidegger tenía un efecto totalmente hipnótico. Le acusaban de "dominación mística". Su objetivo no era tanto el entendimiento, como la iniciación en una secta mística. Precisamente por ese motivo advertía Karl Jaspers en una carta a la Comisión de Desnazificación, en contra de que Heidegger volviese a dictar cátedra después de la guerra. El sentido de la carta de Jaspers era que el estilo de Heidegger era profundamente opresivo, y que los estudiantes no eran lo suficientemente fuertes para resistirse a su hechizo. Los jóvenes no estarían a salvo con Heidegger, hasta que aprendiesen a pensar por sí mismos, y en eso Heidegger no podía ayudarles para nada. Lo mismo puede decirse de Strauss, en escala mucho menor.
El primer libro de Heidegger que leí fue la Introducción a la metafísica, allá por el '74, cuando cerraron la facultad. La sensación que me quedó fue un tanto contradictoria: por un lado, si uno se dejaba llevar por la metodología heideggeriana —y era difícil discutir sus interpretaciones de la lengua y la filosofía griegas o de la historia del ser— se alcanzaba a percibir algo de esa atmósfera mística. Por el otro, esa atmósfera se dispersaba cuando aparecían los términos alemanes casi imposibles de traducir y que daban la sensación de que aquéllo era también algo ajeno, de otro mundo.

Lecturas posteriores de Heidegger como ¿Qué significa pensar? fueron aclarando y diluyendo el embrujo: me cautivaba la promesa de participar en un gran vuelo pero, al mismo tiempo, crecía la sospecha que también podría estar volando en el vacío.


Nota: En el párrafo arriba citado sigo parcialmente esta traducción al castellano. El original (en inglés) se puede leer aquí.