De lecturas imposibles
Hoy es uno de esos días en que si leyera frases del estilo la temporalidad se temporacía en la temporación —escrito en difamación de la jerga heideggeriana—, sacaría el revólver de la lógica y revolverearía el texto en una larga revolveración.Hoy no tengo ganas de perseguir el significado hasta su escondite, hoy sólo puedo leer cristalinamente proposiciones como Nosotros no podemos pensar nada ilógico, porque, de otro modo, tendríamos que pensar ilógicamente (Tractatus dixit).
2 Sofismas:
Jamás olvidaré el
pre-ser-se-en-el-mundo-como-ser-cabe
Tal vez algún día entienda de que se trata.
(Ya se que esta es una entrada del 2004, pero como pusiste el link...)
Por una consulta que me hicieron a principios de semana estuve revisando las entradas de aquella época y me reencontré con muchas cosas olvidadas. Qué importa que esa entrada fuera del 2004, al fin y al cabo el tiempo no existe.
Respecto a Heidegger —veo que leíste la traducción de Gaos—, sí, tiene esas cosas, a veces indigeribles. Pero no todo Heidegger es así. La filosofía es ardua y uno no debería leer sino aquello que le aconseja su instinto —la que pueda asimilar—; si una lectura filosófica no te hace pensar, no te obliga a esforzarte para que la entiendas a fondo, entonces lo mejor es dejarla y dedicarse a otra cosa. En su momento, me gustaron mucho dos libros de Heidegger: la Introducción a la metafísica y ¿Qué significa pensar?, hará de eso unos treinta años, luego fui creciendo en otras direcciones. ¡Treinta años! Ahora que lo pienso... bueno, como te decía más arriba... el tiempo no existe.
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