martes, agosto 28, 2007

Eclipse total de luna (cont.)

En una entrada anterior anticipaba que tendría problemas para observar el eclipse de hoy, 28 de agosto. Por suerte, fue mejor de lo esperado.

Según lo organizado, debíamos levantarnos a las 5:50 h —en el momento en que comenzaba la fase más interesante del eclipse—, pero sólo pudimos abrir los ojos a eso de las 6:10 h. Salimos al balcón del frente de la casa y al mirar hacia el oeste vimos la luna, a unos veinte grados de altura, en una fase bastante avanzada del eclipse: algo así como el logotipo de Apple. Había algunas nubes que en un par de ocasiones ocultaron la luna, pero fue por muy poco tiempo —en el eclipse anterior, el sábado 3 marzo, fue imposible ver nada, pues el cielo estaba totalmente cubierto—. También ayudó el hecho de que el eclipse fuera en invierno, porque entre la luna y nosotros se interponía la copa de un árbol; pero como éste es de hoja caduca, sólo las ramas más finas de la copa interrumpían nuestra visión. De modo que moviéndonos un poco por el balcón para evitar las ramas más molestas y haciendo un poco de pantalla con las manos para evitar las luces del alumbrado público observamos por unos veinte minutos. No es fácil la observación urbana.

A partir de ese momento, las 6:30 h, la luna ya había descendido bastante y las ramas más gruesas del árbol molestaban bastante, de modo que decidimos irnos a la parte de atrás de la casa y observar la última fase del eclipse bajo la inclemencia del viento sur. Entre techos, un poste de alumbrado público y cables aéreos, logramos encontrar una perspectiva casi perfecta para ver cómo la luna se fue cubriendo por completo. Llegada esta etapa, la luna estaba muy cerca del horizonte y prácticamente había desaparecido de nuestra vista: sólo la distinguíamos por un pequeño resplandor sobre el borde sur —o sea, mirando de frente, a la izquierda de la luna—, la parte no iluminada había tomado un color muy similar al del cielo —no llegamos a ver el característico color rojizo—, se perdía contra el fondo estelar y las primeras y tenues luces del amanecer.

También aprovechamos la ocasión para ver, hacia el norte, los ojos rojos de la noche —Marte y Aldebarán estaban en conjunción— y luego, en el este, a Venus, que resistió bastante el avance del amanacer.

Luego subo algún material gráfico si encuentro fotos o videos interesantes del eclipse.

De todas formas, en unos días subo información sobre el eclipse parcial de sol que podremos ver desde América del Sur en dos semanas más, el martes 11 de septiembre.